El candidato a la gubernatura de Puebla, Alejandro Armenta, ha recibido un respaldo contundente por parte de los morenistas tras condenar las declaraciones clasistas de Eduardo Rivera, quien se refirió despectivamente a los simpatizantes como “morenacos”.
Tras el incidente durante un mitin en la Sierra Norte de Puebla, donde Rivera utilizó el término peyorativo para referirse a los seguidores de Morena, Armenta fue uno de los primeros en condenar públicamente dichas expresiones. Esta postura ha sido respaldada por diversos actores políticos, quienes coinciden en que este tipo de lenguaje denota una falta de sensibilidad y carencia de calidad moral para ejercer el cargo.
Uno de los más críticos ha sido el periodista Amir Ibrahim, quien resaltó la poca tolerancia del PRIAN al disentimiento y la posible autoproyección en el uso despectivo del término.
Lizeth Sánchez, candidata al Senado, expresó su rechazo ante las declaraciones de Rivera, señalando que resulta inadmisible que un candidato que se comprometió por la paz recurra a descalificaciones hacia sus oponentes y sus seguidores.
Así también, el periodista Manuel Pedrero destacó lo preocupante de la situación, pues este candidato busca reprrsentar al estado de Puebla sin reflejar la identidad poblana, pues el clasismo y el racismo no forman parte del México que la población quiere.
La reacción de los morenistas refleja un rechazo unánime hacia la actitud denigrante y discriminatoria de Rivera, evidenciando así su firme compromiso con el respeto y la inclusión en el ámbito político.
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