No hay tiempo que no se llegue y la primera máquina del Tren Maya, llegó a Cancún, para iniciar con las pruebas dinámicas y estáticas, según lo ha explicado la encargada de Alstom, la fábrica de trenes que, desde México y para México, diseña y construye los carros que serán parte del jaguar de fuego y que en poco tiempo, podrán demostrar excelencia en la construcción a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional y su cuerpo de ingenieros militares, junto con un enorme grupo de hombres y mujeres que han ido sumándose para cristalizar este sueño que es, para millones de mexicanos, el tren que recorrerá la Riviera Maya.Una proeza así, no habíamos visto en los últimos años de nuestra patria, simplemente porque ni siquiera había interés en conservar las vías existentes ni usarlas para trenes de carga; mucho menos, carros de transporte de personas.
La razón la sabemos bien: Ernesto Zedillo, el doctor en economía por Yale, en cumplimiento al plan neoliberal de destartalar al Estado, tal como había hecho su predecesor “Salinitas”, quien había otorgado las primeras concesiones de las líneas del centro y del norte, planificó el declive de Ferrocarriles Nacionales, para que pudiera justificarse la privatización y entrega de las líneas tendidas y los carros, a empresarios privados de México y Estados Unidos para que, como remate, en el sexenio del cabeza hueca Fox, se declarara la desaparición total de la empresa ferroviaria mexicana.
Pero ojo, que no dejó de haber trenes, porque éstos se concesionaron por hasta por medio siglo a Kansas City Southern Industries y su socia mexicana Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM); (Ferromex), Grupo Ferroviario Mexicano; la acerera Grupo Acerero del Norte (Peñoles); al grupo de Medios de Comunicación y Transporte de Tijuana, y al Grupo Triturados Basálticos (Tribasa) y por mil 400 millones de dólares, para su operación y uso exclusivo pero sin la visión de brindar servicio al transporte de pasajeros y, obviamente, sin tener en cuenta que las personas más vulneradas son las que requieren un servicio eficiente, de calidad, barato y seguro, por lo que justamente, la población de los Estados por donde pasará el Tren Maya, son las que jamás aspirarían a semejante beneficio.
Como hemos podido atestiguar, el poder trazar la ruta no ha sido tarea sencilla, puesto que no solo se ha debido enfrentar a la naturaleza propia de la región, entre cenotes y jungla, vestigios centenarios y la expropiación (yo diría, en muchas ocasiones, recuperación) de amplias zonas que fueron parte original de las vías del tren, pero que sin vigilancia ni autoridad, se convirtieron en terrenos y propiedades de familias que sí colaboraron con el proyecto y aceptaron la reubicación legal; sino además, a la fauna opuesta por completo al desarrollo de los habitantes de 127 municipios y 34 localidades de Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas que, durante los últimos 30 años no han visto un real interés en desarrollar opciones que se enfoquen en algo más que los grandes hoteles de Benito Juárez y Cancún, Quintana Roo.
A los muros de la oposición se sumaron las acciones de lawfare con que intentaron una y otra vez, bueno 150 veces, frenar el avance de la construcción, por medio de amparos que acusaban que no se contaba con las manifestaciones de impacto ambiental y el ecocidio era la constante de sus acciones anti-tren.
¿Pero en serio, qué representa un tren en comunidades de gente mayormente pobre? Conexión de los pueblos y las personas, que podrán transportar a sus animales y sus producciones de granos; pero también implica el desarrollo de comunidades alrededor de las estaciones, donde habrá escuelas y casas construidas con estándares de dignidad e higiene, como lo dicta el artículo 4° constitucional; la construcción de centros de desarrollo, de escuelas donde se preparará a quienes se harán cargo de la operación, mantenimiento y serán técnicos y profesionales y, al final, anfitriones de los viajeros que llegarán desde las mismas comunidades, pero también del resto del país y del mundo. Lo que representa, además, es la demostración de que el gobierno que hemos elegido ha cumplido a cabalidad todos y cada uno de los compromisos hechos en el Zócalo, el 1 de diciembre de 2018, y más, con las obras emblemáticas del desarrollo de nuestra Cuarta Transformación: Dos Bocas, el AIFA, el Aeropuerto de Tulum, el Corredor Interoceánico y el Tren Transístmico, la Carretera Transvolcánica Colima-Guadalajara, pero también la construcción de caminos artesanales en Oaxaca y Guerrero, la rehabilitación de presas y de las demás refinerías y las plantas fotoeléctricas para poder consolidar el proyecto de soberanía energética que requiere el país para el impulso económico y de seguridad que merecemos.
Como adenda, también reinicia una nueva era en la aviación nacional al haberse destrabado el conflicto con los sindicalistas que se negaban a la venta del nombre y marca de Mexicana de Aviación, con lo que se asegura que nuevamente tengamos una línea aérea nacional, que no sea negocito de algún amigo o allegado al poder, que pueda quebrarla y pedir rescate, como pasó con Aeroméxico, Taesa y otras más… a finales de este año, al mismo tiempo que el jaguar de fuego, alzará el vuelo el primer viaje con el nombre emblemático, llevando en sus alas la historia con la que surgió hace más de un siglo, redignificando el lugar preponderante que le hicieron perder a causa de los pésimos negocios de quiebra artificial con que se entregó a particulares que la malversaron e incurrieron en deudas multimillonarias, impagables, que fueron causa de un concurso mercantil que impidió que continuaran las operaciones de la aerolínea, culminando en quiebra al no ser posible su adquisición.
Hoy, a diez años de una tortuosa negociación casi imposible de librar, el Presidente anuncia que finalmente, el Primer Tribunal Colegiado del Primer Circuito confirmó la sentencia emitida por el Juzgado de Distrito que decretó la prescripción para que el sindicato ejecutara el laudo de 2015 y por el que se levanta la restricción para vender los bienes de la empresa, junto con el nombre y marca. Se pagarán más de mil millones de pesos para liquidar a los trabajadores que injustamente fueron separados de sus puestos de trabajo, y finalmente, se hará un poco de justicia.
El país retoma su papel como satisfactor de las necesidades de su pueblo, al garantizar la movilidad de las personas y veremos resurgir, como el ave fénix, a dos míticas bestias dormidas: la que surcará nuevamente los cielos patrios, y la que recorrerá los caminos haciendo justicia para los mexicanos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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