Lanzar la piedra y esconder la mano

Pocas cosas resultan tan gratificantes como lanzar la piedra y esconder la mano. No importa el asunto en cuestión, sino la reacción y el desconcierto que genera entre aquello que fueron impactados por nuestro ataque. Nada sacude el piso como ese acontecimiento del que se desconoce su origen o ―esto es todavía mejor― del que se reniega desde el origen mismo. Me explico; lanzas la piedra (una propuesta, queja, perorata o berrinche), consigues la atención que estabas buscando y entonces, dando un ejemplar paso atrás, reniegas de la piedra. Insisto: Reniegas de la piedra, no de haberla lanzado, eso resultaría mezquino, simplemente inicias un proceso en sentido inverso en el cual la piedra se convierte en algo despreciable. Sin duda alguna se trata de una idea compleja, y para entenderla es necesario recurrir a nuestra clase conservadora y sus lacayos aspiracionistas, que siempre ayudan a ilustrar propuestas como esta, propuestas que han consagrado en su quehacer político.

Muestra de ello es el tema de los médicos cubanos. La procesión de médicos mexicanos desempleados que vimos desfilar por las redes sociales rasgándose las ropas y reclamando que se les entreguen plazas a médicos extranjeros cuando ellos estarían gustosos de aceptar dichas plazas ¡Que digo gustosos! Cuando ellos han esperado toda una vida por esas plazas, se tradujo en que de las más de 14,000 plazas ofrecidas por el sector publico de salud, hubiera menos de 7,000 postulaciones ¿Podemos culpar a las Ana Cecis de esto? ¿Debemos indignarnos porque más del 51% de los puestos médicos ofrecidos no tuvieron una sola postulación o porque las plazas que no les interesaron a esos médicos ansiosos de ejercer el Juramento Hipocrático se encontraran en comunidades indígenas o con pobreza mayor al promedio? ¿Es culpa de estos jóvenes médicos, llenos de ilusión por el ejercicio de una profesión que les permita llenarse los bolsillos y mantener un estilo de vida insulso y excesivo, no querer trabajar en lugares sin centros comerciales ni cadenas de restaurantes pretenciosos?

En esa misma línea, Samuel Garcia, el enfant terrible de la política nacional, nos regala una joya sobre como se debe lanzar la piedra y esconder la mano cuando, frente a las injustas mentadas de madre que su esposa y él reciben constantemente por el desabasto de agua y los cortes de luz, recula magistralmente y le dice a la población de Nuevo León qué ni CONAGUA ni la CFE dependen de él. Dejemos de lado lo terrible que resulta que Samuel y Mariana (de a penas 26 años) reciban mentadas de madre todos los días y concentrémonos en la brillante maroma que representa ser gobernador de un estado y lavarse las manos frente a los problemas que aquejan a su población. Ahí está la grandeza de Samuel ¿Alguien esperaba que resolviera algo? ¿Alguien voto por él, creyendo que Nuevo León estaría mejor bajo su mando? Samuel prometió gobernar de un modo diferente, incorruptible, nuevo y nadie lo pude culpar por renunciar al ejercicio del gobierno sin renunciar a la gubernatura. Al contrario, habría que aplaudirle que se haga a un lado, se lave las manos y diga: eso no me toca a mí. Seguramente hará menos daño.

Siguiendo los pasos de este prohombre (Samuel Garcia), el bloque opositor ―amos de la retórica conservadora― se declara en moratoria constitucional. En otras palabras: declaran qué sin dejar de ser legisladores, dejarán de legislar. Todo buscando el bienestar del país. Sin lugar a duda el mejor legislador conservador es que el no legisla ¿Qué va a legislar un conservador? “Proyecto de Reforma de Ley: todo se mantiene igual”. Por otro lado ¿no es digno de admiración y respeto que quienes están más preocupados por rescatar a México de la barbarie CuatroTeista determinen que lo mejor que pueden hacer es no hacer nada? Lo único que no me queda claro es si se les acabaron los Legos o si los cabilderos de organizaciones trasnacionales ya no quieren ir a las sedes del poder legislativo, pero se vea por donde se vea, la moratoria constitucional es un acto de congruencia y valentía que hace frente como nunca la incapacidad política de los conservadores y asume el sinsentido de su labor parlamentaria.

Entrados en gastos, el periodicazo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad en contra de Alito Moreno solo puede significar una de dos cosas: o Alito Moreno estaba escondiendo la mano después de atacar de forma constante al gobierno de Andres Manuel y buscaba (o no conseguía evitar) un acercamiento del PRI con la CuatroTE… alejando al otrora partido hegemónico de la alianza Va por México; o la alianza conservadora, encabezada por ese demócrata de cuello blanco que es Claudio X. González, esta pensando en sacudirse al PRI en un esfuerzo desesperado por mantener a flote lo que queda del PAN y los despojos del PRD que no se ha enterado que se hundió hace mucho tiempo.

Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.

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