La violencia vs la razón

Y al final, en la Franja de Gaza,
el ser humano dejó de ser “humano”.

No es un secreto para nadie que, en el reciente conflicto armado entre Israel y Palestina, existe más de un responsable si nos remontamos hacia atrás en la historia, pero si a ese apartado en específico se le agrega la intromisión de las potencias mundiales, la necedad, el deseo de supremacía, el uso de la tecnología, la milicia y el armamento y un odio sembrado por generaciones; sin lugar a duda, es seguro que tendremos un genocidio a la vuelta de la esquina.

Desde luego, no se pretende dejar de lado ni olvidar acciones violentas de un grupo como Hamás, quienes han utilizado el uso de la fuerza contra objetivos civiles israelíes a lo largo del tiempo como represalia pero que, sin embargo, no significa que represente a todo una población; población que ha vivido en la zozobra por las represalias israelíes y viven desde hace décadas bajo un bloqueo en todos los sentidos, no solo en cuestión armamento; que la apartan del mundo, la hunden en la más baja miseria humana y la condenan a la aniquilación. A la actual Palestina se le conoce, gracias a ese bloqueo, como la prisión sin paredes más grande del mundo y con la entrada en acción de esta nueva guerra, resulta más que evidente, que el pez grande tiene toda la intención de comerse al pequeño. 

Es el gobierno de Israel quien, paradójicamente, actúa como lo hizo hace 80 años el régimen nazi en Alemania, donde el castigo fue ejercido contra la población judía, en el que la llamada “solución final”, es decir la desaparición total de los judío en Europa, fue planeada de manera sistemática por Hitler y sus altos mandos militares. Con el escenario de la segunda guerra mundial en perspectiva, llegan a la mente invasiones, los distintos guetos, los campos de exterminio y por supuesto, los millones de muertos; todo bajo el pretexto de la supremacía racial, un discurso de odio que se ha replicado en nuestros días, en cientos de videos que se reproducen por las redes sociales, de parte del gobierno sionista israelí y de algunos de los pobladores de dicho país.

De ahora en adelante, deberán pensar dos veces antes de acudir a la cruenta historia que sufrieron sus antepasados, cuando sus acciones suceden y se documentan en nuestro presente con la agilidad que permite la tecnología de nuestros días. Los libros que se escriban sobre la historia les negarán, después de todas las evidencias que dejan a su paso, un lugar cercano a aquel del padecido por sus padres y abuelos. Es increíble darnos cuenta de que, en menos de un siglo, olvidaron todo lo aprendido con el genocidio del que fueron objeto, solo para ser victimarios en uno provocado por ellos mismos. Por lo pronto, voces en todo el mundo piden justicia no por un grupo terrorista sino por el pueblo palestino, del cual existe registro de las masacres que los condenan al exterminio, día a día.

El mundo cambiante en el que vivimos comprende cada vez más que, condenar las atrocidades cometidas por Israel desde hace décadas no es ser antisemita, pese a los esfuerzos del gobierno de ese país de llamar así a sus detractores; sino juzgar con mismo criterio a un régimen que comete crímenes de lesa humanidad sin importar otra cosa que los hechos que los definen.

¿En qué foro alzarán la voz contra el genocidio que sufrieron, en aras te tener credibilidad, cuando tienen la bota en el cuello de la nación palestina? Después de todo, parece que la historia ya no es suficiente pretexto para justificar un genocidio moderno.

 #FreePalestina

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

Salir de la versión móvil