De los últimos resquicios en que se agazapan muchos de los ex funcionarios y servidores públicos que colaboraron en gobiernos de la derecha en México así como de organismos e instituciones autónomas se ha identificado que en retirada estratégica se mueven hacia la Universidad Nacional Autónoma de México. Muchos son los casos y los ejemplos, pero sin duda debe llamarnos la atención el poder que aún detenta ese grupúsculo conservador pues mantiene tomada esa máxima casa de estudios desde hace varias décadas.
De esa manera nos explicamos como es que ese termostato social se haya mantenido controlado en las últimas luchas sociales pues se ha inhibido y ha sido disuelto su gran capital político pues hoy los estudiantes que ahí se forman se han dejado de preocupar por la transformación de la sociedad desde esa trinchera tan combativa en movimientos sociales de coyuntura como cuando a finales de la década de los sesentas y principios de los setentas pusieron en predicamentos a los regímenes del priato más avasallador y autoritario.
Hoy la gran comunidad estudiantil brilla por su ausencia en la participación social pues el gran capital mexicano y extranjero ha logrado penetrar en los órganos máximos de la UNAM y como es de dominio público empresarios afines a obtener fuerza de trabajo y capital humano desde esas aulas ha propiciado un ambiente de mero semillero para cubrir sus vacancias labores dejando de lado el sentido social y humanista que debería caracterizar la inversión más esperanzadora que tiene el pueblo de México. Curiosamente vimos en las elecciones presidenciales de 2012 y 2018 una mayor combatividad y consciencia política en estudiantes de universidades privadas cuestión que deja muy mal parada la politización de la universidad más importante de América Latina en este contexto de avance progresista.
La Universidad Nacional ha arropado a grupos identificados con los partidos conservadores en los últimos años y ello se explica porque sus órganos de gobierno mantienen a incondicionales de políticos de derecha; muchos son los ejemplos pero vemos, por citar algunos a José Narro Robles, ex secretario de estado en gobierno peñanietista. Santiago Creel Miranda, un conservador por excelencia dando clases en la facultad de derecho; de igual manera muchos de los miembros más connotados del llamado patronato universitario que se identifica con la turbia administración del equipo de 1a Division que representa a la UNAM y que además utiliza de manera preferente y exclusiva las instalaciones deportivas que en teoría deberían ser patrimonio de la comunidad estudiantil de la Universidad son personajes con poder político y mediático del régimen conservador.
Dentro de la UNAM existe una amplia incomodidad de sectores poco afines a la derecha y que reclaman que los conservadores han ido copando espacios, tal es el caso del Instituto de Investigaciones Jurídicas donde se ha impuesto a investigadores de origen exógeno ocupando puestos que deberían pertenecer a integrantes de la propia institución.
Asimismo se dice que en las facultades y escuelas donde se imparten carreras y licenciaturas que se identifican con el egreso de técnicos y especialistas en áreas económicas, de ingenierías o personal apto para cubrir espacios en empresas; estas mismas invierten recursos para adecuar las instalaciones, no así en aquellas escuelas o facultades donde saben que existe formación de clase humanista. Baste ver que Carlos Slim ha desembolsado dinero en los campus de la Universidad, pero en escuelas evidentemente identificadas con sus empresas.
El último suceso; el regreso de Lorenzo Córdova Vianello a los cubículos de investigación y docencia o de la ministra en retiro Margarita Luna Ramos a la junta de gobierno quienes están perfectamente ubicados como abiertos opositores al régimen de la 4T.
Será por ello muy interesante ir solicitando la información adecuada para develar que estos personajes llevan a cabo un repliegue táctico desde donde con financiamiento del erario seguirán conspirando y elucubrando golpes blandos hacia los gobiernos progresistas que estén en el ejercicio del poder.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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