La primera marcha histórica de la 4ta. Transformación

Opinión de Allan Pozos

El martes de la semana pasada, el presidente de México anunció en la conferencia matutina que se llevará acabo una marcha con motivo del 4to informe de gobierno del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino el día sábado 27 de noviembre desde las 9 de la mañana.

Esta noticia ha sido analizada desde diversas aristas, donde incluso la derecha llega a pensar a Andrés Manuel, igual que ellos de iracundos, insisten en llamarla la marcha de la revancha o de la venganza. Mientras que en los sectores populares y progresistas la noticia cayó como un enorme respiro a lo que representa en sus orígenes la 4ta transformación, MORENA y la lucha popular.

La izquierda, acostumbrada a marchar y caminar de lado de la oposición exigiendo el cumplimiento de sus derechos, hoy marchará triunfante a lado de su presidente con hasta ahora 98 compromisos cumplidos de 100 que prometió.

Y a diferencia de las movilizaciones organizadas por la derecha basadas en el resentimiento, el día sábado 27 de septiembre, saldrá a marchar la alegría. Como en los viejos tiempos, ante el anuncio de la movilización comenzaron a llegar cientos de mensajes a los diversos grupos de WhatsApp del movimiento, de vecinos y amigos para organizarnos y asistir todos juntos a la movilización; no ha habido necesidad de convocar de manera mucho más puntual para que los compañeros asistan a la movilización. Todos estamos puestos para acompañar a nuestro presidente, quien anunció que marchará a lado del pueblo de México.

Entonces no se puede dejar de pensar la cantidad de veces que marchamos como oposición a lado de nuestro ahora presidente, o la cantidad de veces que nos vimos reprimidos por los granaderos capitalinos y los policías federales, o cuando los grupos de infiltrados y provocadores vandalizaban comercios y mobiliario público para generar un enfrentamiento con policías que finalmente terminaban por detener a compañeros que se manifestaban de forma pacífica.

Hoy, después de tantos años, marcharemos junto al máximo representante del Estado, a quien eligió el pueblo de México y ha hecho una excelente labor; “quien nada debe, nada teme”, dice AMLO, y por eso puede salir a caminar tranquilamente con la gente; “al presidente lo cuida el pueblo”.

Pero no solo despierta la alegría de ciudadanos, esta movilización anunciada por el jefe del Ejecutivo y por el líder legítimo y moral de la izquierda en México; regresa la vida al partido político MORENA, permite que los militantes que hoy están decepcionados de la toma de decisiones que ha ejercido la dirigencia, por encima de los intereses de las vastas mayorías; hoy se vuelvan a reagrupar y marchar como lo han sabido hacer siempre, en unidad, con convicción y fortaleza.
Incluso en esta movilización surgirán muchos reivindicados panistas, perredistas y priistas, que de última hora se sumaron a MORENA y se hicieron consejeros del partido; ahora marcharán rodeados de “su gente” para demostrar que están con el presidente y dirigentes, pelearán los espacios en la comitiva que marche junto a Andrés Manuel. Sin embargo, aun con ello, la calle es el espacio legítimo de la militancia de base de MORENA, de los militantes más fieles a los ideales y principios que enarbola nuestro presidente, conocemos a sobra el movimiento y las fortalezas de la movilización.

En un movimiento estratégico de ajedrecista Ruso nivel de Garry Kaspárov, el presidente de México anuncia una movilización que conociendo a los morenos, resurgirá en lo más profundo de la organización. Un movimiento popular que tomará fuerza para reivindicar las causas legítimas del movimiento de izquierda y que volverá a las calles para impulsar en los procesos electivos posteriores, la continuidad de la 4ta transformación; y debemos reconocer que solo AMLO tiene esta capacidad de convocatoria y movilización enorme, de despertar en las bases decepcionadas y dispersas de nueva cuenta los anhelos de organización, esa chispa que sólo está determinada por el gran incentivo colectivo que surge de la propuesta de quien realmente representa de manera legítima los anhelos de la población.

Si la coalición dominante de nuestro partido no aprovecha la oportunidad que le dará la movilización, perderá el impulso que permitiría ganar las elecciones de 2023 en el Edo México y Coahuila; en 2024 retomar las Alcaldías de la Ciudad de México y ganar la presidencia de la república de nueva cuenta. La confianza excesiva de la dirigencia partidista puede convertirse en un factor que nulifique la victoria en muchos distritos electorales, el menosprecio a la militancia de base a su organización y a sus características y expresiones será el acabose que diluya la participación fortuita y voluntaria a nombre de los candidatos que se definan en aras de la estrategia política para triunfar desde la fama y personalidad antepuesta al proyecto de nación en los diversos encargos públicos.

La movilización tiene esa característica del incentivo colectivo de reivindicar el proyecto de caminar con los ideales y principios en la mano, el dirigente que se equivoque y pida a sus correligionarios pronunciar su nombre a grito pelado para que lo escuche el presidente y se sepa presente en la movilización, lo único que ganará será el desprecio de quienes caminan de manera voluntaria construyendo el movimiento patriótico de transformación.

Ya entrados más en los asuntos internos del partido, desfilaremos y de la mano todos los compañeros afines al movimiento, con todas y cada una de las diferencias que existen en MORENA: Oficialistas, convencionistas, monrealistas, arribistas, puritanos, estatutarios, empresarios por la 4T, idealistas, comités de base y afinidad, entre otros tantos; pero no sólo este mosaico será característica de la marcha triunfal el 27 de noviembre, sino también veremos desfilar políticos que antes fueron antagónicos a la izquierda, empresarios, gobernadores, Alcaldes, diputados, senadores, dirigentes, presidentes municipales y un largo número de personalidades y funcionarios.

La marcha tiene dos enormes vertientes: La primera, ampliamente comentada al principio de este texto y la segunda, en la intencionalidad del político tradicional: Números, fotografías y cercanía con el presidente, desfilar en el primer círculo, en el segundo círculo o con todos los demás.

Pues finalmente el presidente expresó: La marcha es “también para ver si la gente está contenta con la transformación, si vamos bien”

Diferentes son las aristas, la intención de marchar, las ganas y las fortalezas; la gran fiesta de la democracia es ésta, un mosaico de voluntades en una sola movilización, la lección es para la derecha; cuando se marcha con voluntad, se trabaja con pasión y fervor para nuestra patria y nuestro pueblo, se brindan oportunidades en igualdad de circunstancias para todos los sectores de la población, y se atienden de raíz las problemáticas sociales, y se puede vivir mejor.

Andrés Manuel mostrará en esta marcha que antecede su informe, el nivel de aceptación constante y progresivo que ha mantenido durante su mandato, y será el anuncio de la continuidad de la 4ta transformación.

Morenistas de base deben tomar las estructuras y permear en los corazones de militantes y simpatizantes con la bandera de la democracia y la lucha popular. Que MORENA se reconozca en la fortaleza de su militancia y en la organización de sus bases; no habrá 3 millones de militantes desfilando en las calles (número del “nuevo” padrón histórico): Quienes estaremos ahí, codo a codo como desde hace décadas, seremos los mismos en el caso de MORENA, que reforzamos y protegemos las trincheras ideológicas y de principios. Allá nos vemos, camaradas, en la punta de lanza de la movilización.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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