La población mundial está envejeciendo, la mayoría de países del mundo están experimentando un aumento en el número y la proporción de personas mayores. Este fenómeno global traerá aparejado grandes consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad, en particular sobre los mercados laborales, financieros y sobre la demanda de bienes y servicios como la educación, la vivienda, la salud, la atención a largo plazo, la protección social, el transporte, la información y las comunicaciones, así como sobre las estructuras familiares y los vínculos intergeneracionales.
Estos nuevos desafíos nos plantean la importancia de trabajar en el establecimiento de políticas públicas que integren el envejecimiento en los procesos de desarrollo; así como en programas que contribuyan a que las personas mayores puedan vivir con mayor dignidad y seguridad.
En el mundo datos de la ONU refieren que hay más de mil millones de hombres y mujeres mayores de 60 años, se estima que para 2030 habrá 1,400 millones y para 2050 se alcanzará los 2,100 millones. También plantea el informe de Naciones Unidas “Perspectivas de la población mundial 2019”, que para 2050 una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años (16%) y en Europa y América del Norte una de cada cuatro personas tendrá 65 años o más. Además, proyecta que en 2050 el número de personas de 80 años o más se triplique.
Estos cambios del envejecimiento de la población a nivel global son el resultado de los avances logrados en la esfera del desarrollo social y económico, así como en la esfera de la salud, lo que ha modificado la esperanza de vida de las poblaciones mundiales, por ejemplo, mientras que de 2010 a 2015, la esperanza de vida era de 78 años en los países desarrollados y de 68 años en los países en desarrollo, entre 2040 y 2050, alcanzará los 83 años en los países desarrollados y los 74 años en los países en desarrollo.
En nuestro país de acuerdo a los datos reportados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2021), existen alrededor de 15.1 millones de personas que cuentan con 60 años o más, lo que representa el 12% de la población existente. Los datos del INEGI también señalan que por cada 100 niños o niñas con menos de 15 años hay 48 adultos mayores, y de esta población adulta el 20% no cuenta con afiliación a una institución de servicio de salud, lo que representa casi 3 millones de personas adultas mayores sin servicios de salud.
El INEGI señala que, por grupos de edad, en 2020, el 56% de las personas adultas mayores se ubicaban en el grupo de 60 a 69 años; conforme va avanzando la edad, disminuye a 29% entre quienes tienen 70 a 79 años y 15% en los que tienen 80 años o más. La estructura es similar entre hombres y mujeres, destacando que la proporción es ligeramente más alta en las mujeres de 80 años y más.
Otro dato por demás importante de acuerdo al Censo 2020, es que en México hay 2.4 millones de adultos mayores que no saben leer ni escribir, lo que equivale a 16% de la población total de este grupo de edad; al desagregar el análisis por sexo, hay más mujeres de 60 años (y más) que son analfabetas (19%), que hombres (13%).
En cuanto a la actividad económica de este grupo poblacional de adultos mayores en nuestro país, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en su nueva edición (ENOEN), durante el primer trimestre de 2021 la tasa de actividad económica en los adultos mayores es de 29 por ciento. En los hombres (45%); esta tasa es casi tres veces mayor al de las mujeres (16%). La participación económica disminuye conforme avanza la edad, pasa de 39% para el grupo de 60 a 69 años a 8% entre quienes tienen 80 años y más.
Un dato preocupante es que de los más de 15.1 millones de adultos mayores en nuestro país, 1.7 millones de ellos viven solos, y el 41.4% de los adultos que viven solos, son económicamente activos, de éstos se señala que prácticamente el 70% tiene alguna discapacidad o limitación para realizar una actividad básica como caminar, ver, mover o usar sus brazos o manos, aprender, recordar, concentrarse, escuchar, bañarse, vestirse, comer o hablar.
El envejecimiento en México es, en realidad, una gran oportunidad para trabajar en las políticas públicas enfocadas a la atención de grupos vulnerados, de resignificar y dignificar la etapa de la vejez, debemos hacer valer la afirmación que el Estado es la instancia garante de los derechos sociales de toda la población, sin exclusión alguna; garantizar el reconocimiento de nuestros adultos mayores, vinculando el trabajo de las autoridades federales, estatales y municipales, haciendo partícipe al sector privado, para trabajar en conjunto sobre el proceso de envejecimiento, que consiste en considerar actuaciones permanentes durante todo el ciclo vital de las personas en este segmento de población.
Al respecto; el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador; se ha enfocado y avanzado al ir trabajando en las deficiencias estructurales dentro del marco de la pobreza, donde actualmente, más de ocho millones de adultos mayores mexicanos reciben apoyo económico de la Pensión del Bienestar para Adultos Mayores, sin embargo debemos visibilizar más a este segmento poblacional y hacerlos partícipes en el logro de un envejecimiento más saludable. Promoviendo cada vez más la integración social, económica y política del sector, construyendo sociedades más inclusivas y adaptadas a las necesidades de las personas mayores para lograr comunidades más resilientes.
- La columnista es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales, Subdirectora Ejecutiva en la Unidad de Desarrollo Comercial del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, ex Secretaria de la Mujer Oaxaqueña, contáctala en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira
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