La periodista Alejandra Salazar se enfrentó al líder nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, en un tenso encuentro donde cuestionó su postura contra el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña. Salazar señaló que atacar a Noroña es atacar a la mayoría de ciudadanos que votó por la Cuarta Transformación, y le dejó claro a Moreno que sus ataques se perciben como una agresión a esa base electoral. Esta confrontación resalta la tensión entre el PRI y el actual movimiento gobernante, con un intercambio de acusaciones sobre ética y transparencia.
En su defensa, Moreno intentó justificar su postura, calificando a la 4T como un movimiento “corrupto”. No obstante, Salazar no dejó que el comentario pasara desapercibido y le recordó de inmediato las acusaciones que enfrenta él mismo por enriquecimiento ilícito. La periodista mencionó que, además del juicio político que pesa sobre él, existe una investigación abierta sobre el número y valor de sus propiedades en Campeche, las cuales han sido objeto de controversia y escrutinio público en los últimos años.
El enfrentamiento subió de tono cuando Salazar cuestionó a Moreno sobre su autoridad moral para criticar a la 4T mientras él mismo se encuentra bajo sospecha de corrupción. Sin argumentos sólidos para responder, Moreno optó por retirarse de la conversación, lo que dejó entrever su incomodidad ante el tema y su incapacidad de defenderse de las acusaciones en su contra. Este incidente evidencia la persistente controversia en torno al dirigente priista y su historial de cuestionamientos por presunta corrupción.
El encuentro entre Salazar y Moreno no solo pone en evidencia las tensiones políticas, sino que subraya también el papel de la prensa en la rendición de cuentas. Con la salida de Moreno del intercambio, queda una imagen de un PRI que, ante las serias acusaciones de corrupción que enfrenta, recurre a la difamación y confrontación en lugar de abordar su propio pasado.
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