El inicio de periodo electoral ha implicado una aún más férrea fiscalización de los dichos cotidianos y ha profundizado la censura explicita de varios de los temas que el Presidente Andrés Manuel López Obrador desarrolla durante sus conferencias matutinas. Resulta irónico el actual celo que muestra el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuando los dos sexenios panistas fueron marcados por la abierta intervención de funcionarios federales promovida desde el seno del Poder Ejecutivo, a favor de la continuidad del régimen de corrupción, sin ninguna intervención significativa por parte del árbitro electoral para evitarlo. Pero ya sabemos que el arbitro es un jugador más del equipo reaccionario.
Así, teniendo vetada por parte del INE cualquier referencia al próximo proceso electoral y a los proyectos políticos en disputa, el Presidente de México ha recurrido a sus habituales referencias históricas como estrategia para eludir el cerco que pesa sobre sus palabras. No es un tema menor el romper este cerco a su palabra, porque sin perder su derecho político a posicionarse sobre los grandes problemas nacionales, busca eliminar los pretextos que los partidarios del conservadurismo han comenzado a recopilar para intentar lograr en los tribunales lo que ya tienen cierto que no ganaran en las urnas.
La posibilidad de anular por primera vez una elección presidencial en México, como denunció el propio Presidente en su conferencia del 12 de marzo; sería en los hechos un golpe de Estado “técnico” que intenta implementar la reacción mexicana y sus aliados trasnacionales frente a su propia incapacidad para la vida democrática. La prudencia en el actuar del titular del Ejecutivo está desbaratando este plan, al omitir en sus canales de comunicación y en sus intervenciones públicas, todas y cada uno de los contenidos o referencias señalados por la oposición; mismas que son validados con las medidas de censura dictaminadas por parte del INE.
Pero resulta significativo, que algo que no ha sido perseguido por sus censores sean precisamente las referencias a la historia de México, recopiladas en su texto ¡Gracias!, donde AMLO recupera las contribuciones de algunos de los personajes de nuestras primeras tres transformaciones nacionales. Haciendo una lectura pausada de estos fragmentos de historia durante las pasadas dos semanas, el dirigente Andrés Manuel López Obrador mantiene su apuesta por la pedagogía política y la comunicación directa con el Pueblo, trayendo al presente los ejemplos de quienes se constituyeron en símbolos para mantener las luchas del pueblo de México. Porque solo para una visión conservadora, la historia es solo propia del pasado y en contraparte para nuestro Presidente, la apuesta por seguir construyendo el futuro.
Sembrar memoria para cosechar conciencia
La vida de quienes nos antecedieron en la lucha por la libertad, la justicia y la democracia; significa una fuente inagotable de lecciones para retomar en el presente. Pero no porque se trate de personajes de bronce que se nos imponen para su culto, sino porque siendo tan humanos como nosotros, supieron ir más allá de sus condiciones concretas para volverse los referentes de las causas compartidas por miles y miles en su tiempo, llegando a ser ejemplo para las generaciones que ellos no conocieron.
Siendo Hidalgo el libertador humanista de la patria, quien abolió por primera vez la esclavitud, y luego de triunfar en el Monte de las Cruces se negó a tomar la capital del todavía virreinato evitando más muertes entre la población; quien no fue amedrentado por todos los insultos y calumnias que recibió ni por el edicto de excomunión que promovió la misma Iglesia a la que pertenecía, echando en cara a quienes lo juzgaban que ellos, solo tenía por verdadero dios al dinero.
Siendo Morelos el genio militar que triunfo en tantas batallas con un ejército de campesinos y arrieros, que se hizo legendario por su retirada en Cuautla; quien por su origen humilde fue sensible a la desigualdad a que estaba condenado el pueblo cuando dicto en aquellos Sentimientos de la Nación: que las leyes… “moderen la indigencia y la opulencia… que se eduque al hijo del campesino y del barretero igual que al hijo del más rico hacendado… que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo.”
Siendo Benito Juárez, el máximo representante de la Reforma liberal que supo mantener cohesionada a toda una generación de políticos extraordinarios hasta alcanzar la separación del Estado y de la Iglesia, promoviendo la libertad religiosa que posibilito la laicidad; quien con su voluntad de hierro fue el sostén de la República en la defensa de la independencia frente al imperialismo europeo, ejerciendo su cargo como abnegación personal, plasmó la conciencia de su origen en estos palabras: “Los ricos y los poderosos ni sienten, ni menos procuran remediar las desgracias de los pobres, podrá suceder que alguna vez los poderosos se convenga en levantar la mano sobre un pueblo pobre, oprimido, pero eso lo harán por su interés y conveniencia, eso será una eventualidad que nunca debe servir de esperanza segura al débil.”
Siendo Ricardo Flores Magón el pensador más coherente de la Revolución, hijo de un indígena de la Sierra Mazateca, quien renunciando a las recompensas de haber peleado contra las invasiones de norteamericanos y franceses al lado de Juárez, promovió que Ricardo y sus hermanos se formara como abogado para ponerse siempre al lado de los débiles y los explotados; quien sosteniendo su militancia en brillantes escritos de combate donde se articuló esta tradición comunal de los pueblos con el pensamiento libertario que definió su ideología hasta su propio sacrificio en prisión donde nunca dejo de promover la causa de la revolución y la libertad para el pobre.
Continuará…
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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