Algunos autores dedicados a la comunicación asertiva, el liderazgo y esos términos que algunos, sin soslayar en su importancia, llamamos “pequeño-burgueses”, señalan a la “escucha activa“ como un elemento clave para la comunicación. Evidentemente, la mayoría de estos autores circunscriben (o más bien) reducen el término a los clientes de una empresa; sin embargo, la escucha activa atraviesa por todos los ámbitos y se relacionan de alguna u otra forma en el quehacer cotidiano. Una definición de la escucha activa es la que señala a ésta como resultado de un esfuerzo, físico y mental para introducirse en la mente del emisor de un mensaje, obtener con atención la totalidad de dicho mensaje, y, finalmente, interpretarlo desde el punto de vista del emisor. Dicho lo anterior, insisto, sin soslayar en la importancia de la escucha activa, ¿qué pasa cuando el emisor responde a intereses de otra naturaleza, más allá del de comunicar? Es decir, ¿se puede interpretar un punto de vista de quien expresa algo por consigna o bajo algún interés? En dicho caso, no existe tal punto de vista. Hay un emisor, sí, un receptor por supuesto, pero en realidad, lo que no existe es comunicación, más bien la transmisión de mensajes cuya narrativa trata de generar una corriente de opinión.
Eso pasa exactamente en nuestro país. Los medios de comunicación de siempre, de manera paulatina, fueron abandonando la tele o los medios impresos para adecuarse a las nuevas tecnologías y acceder a otros sectores. Si bien se trata de una necesidad de todos la de adaptarse a las plataformas digitales y a las redes sociales para comunicar, no deja de existir la prensa que da voz a las mayorías para informarse y para expresarse y, que, a la vez, hace frente a la otra prensa: la que creció al amparo del poder y que obtuvo cuantiosas ganancias mediante lo que coloquialmente conocemos en México como “chayote”.
Hagamos un ejercicio: vamos a adentrarnos en la mente de Lilly Téllez, Chumel Torres, Carlos Loret, López Dóriga, (sólo por citar unos cuántos) ¿podríamos conocer su punto de vista? ¿podríamos interpretarlo? Absolutamente ¡NO!, no podemos interpretar algo que no existe, lo que existe es un guion que deben memorizar estos emisores y que por ello, reciben un pago; luego entonces, ¿a quién no le queda claro que tras estos emisores se encuentra la Derecha de este país?, rectifico, más bien la derecha mundial con sus filiales en México?
Claramente todas las campañas de odio, la guerra sucia, los recursos para las campañas contra la izquierda, así como los asesinatos y desapariciones, siempre fueron bajo pactos no escritos en los que se entendían muy bien, tanto la derecha como el régimen de los años cuarenta hasta el Zedillismo y con su extensión de 2000 a 2012 hacía el PAN, que, por fin, culminó en el periodo de Peña Nieto. Por esa razón, sería muy ingenuo pensar que la derecha y sus voceros, expertos en redes sociales y con capacidad económica, más que probada para invertir en bots o pagar montajes tipo Loret de Mola, no utilizarían los recursos a su alcance para emprender toda una campaña contra López Obrador. ¿Por qué? Ni más, ni menos porque acabó con los privilegios de los que gozaban, pero que además están documentados.
Ahora bien, no está el lector frente a una visión sesgada, a pesar de que siempre he acompañado la lucha de Andrés Manuel, soy una voz crítica del ejercicio de gobierno, aplaudo decisiones contundentes como la Reforma Eléctrica, la consulta popular (vieja demanda de la izquierda) o la nacionalización del Litio, pero también señalo errores claros, sobre todo los cometidos por algunos funcionarios federales que nada entienden de lo qué significa la Cuarta Transformación y que, en muchos de los casos, arribaron al poder gracias a la simulación y al cálculo político. Aprendí en mi adolescencia, cuando comencé mi militancia en la izquierda, algo que marcó mi posición política y mi manera de conducirme. Lo aprendí de Heberto Castillo quién decía lo siguiente: “Yo le digo a los muchachos: No confíen en sus dirigentes a pie juntillas; vigílenlos todos los días y exíjanles rectitud, exíjanles limpieza. Mientras más tiene la gente que dar, más hay que exigirle, porque la gente preparada, inteligente es la que más obligación tiene. Yo le exijo de manera muy distinta a una persona de alto nivel intelectual y posibilidades de sobrevivencia, que a un obrero o a un campesino.” Así, obligadamente como militante de izquierda, a quién más le exijo rectitud es al presidente de la República.
El caso es que una de las principales características de los detractores del presidente poseen un común denominador: la hipocresía y la mentira, dos de las armas más eficaces con las que cuenta la derecha para incrementar el odio al presidente y cuyas acciones, cada vez más, caen en la vulgaridad; sin embargo tienen frente a sí a un monstruo de la comunicación al que poca mella le hacen, baste con ver los recibimientos del pueblo donde se para AMLO o los niveles de popularidad más allá de nuestras fronteras, eso hace más grande su coraje y, en consecuencia, hará mucho más grandes sus embates, aunque estos no logren rebasar la esfera de las redes sociales. Incluso, el cálculo de querer posicionar a estos ilusos, mentirosos e hipócritas, como posibles candidatos en el 2024, terminará siendo un palmo en las narices.
Para acabarla de amolar.
Es claro que MORENA ganará la mayoría de las elecciones de este año, una de las más significativas es la de Hidalgo. En primera porque Francisco Xavier (el cantante) poco podrá hacer en la contienda como sucede cuando dejas a un partido porque no te dio la candidatura. Ahí sí, ya chole con Movimiento Ciudadano y su estrategia de postular famosos del espectáculo o tuíteros empedernidos. En segunda porque a la alianza PRI, PAN y PRD, les falló la estrategia de hacer creer que se pactaría la gubernatura a cambio del voto por la Reforma Eléctrica, espejismo en el que más de un grupo político se fue con la finta. En Hidalgo hay tres factores fundamentales: buena parte del electorado está morenizado primeramente, segundo: está lopezobradorizado y tercero (creo yo el más importante), está hasta la madre del PRI. A esto hay que sumar la pifia de la señora Viggiano sobre retirar la pensión a adultos mayores, error que quiso aclarar en entrevista con Ciro Gómez Leyva, notablemente nerviosa y titubeante, a la que sólo atinó a decir que las pensiones para adultos mayores fueron creación del PRI, (hazme el favor); que la gente en Hidalgo tiene miedo de acudir a sus eventos y que sus dichos fueron sacados de contexto y difundidos a través de un video editado. Además, dijo que el tracking (casero) muestra claramente su ventaja sobre Julio Menchaca. Tanto la alianza cómo la propia candidata cuya campaña electoral nomás no crece y carece de lo más elemental que es la imaginación, son el ejemplo claro de la oposición moralmente derrotada. Hoy la duda no es si ganará Julio Menchaca la contienda, sino el margen con el que lo hará.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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