Tomé la decisión de entrarle a las discusiones que se están teniendo últimamente sobre los llamados organismos autónomos debido a que en la narrativa oficial del Gobierno Federal se busca reformarlos por su ineficacia y corrupción, pero los otrora defensores de privilegios de la oposición y uno que otro confundido hacen su férrea defensa.
Inmiscuido en ese escenario les presentaré uno a uno las principales entidades autónomas que se piensan reformar y por qué es necesario hacerlo. La parte 1 de esta semana es dedicada a la recién aprobada reforma al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT).
Sobreproducción de nada
Como era de esperarse la ciencia y la tecnología durante el periodo neoliberal estaban impregnadas totalmente de sus valores y de sus lógicas. Es decir, teníamos un sistema que priorizaba el mercado sobre el interés común, donde se beneficiaba a través de acuerdos de investigación a empresas nacionales y sobre todo transnacionales, se habla de una transferencia total de más de 45 mil millones de pesos de 2001 a 2018, todo ese dinero era público de nuestros impuestos.
En esa forma de hacer negocios con presupuesto de ciencia y tecnología se operaban 91 fideicomisos, 26 de ellos constituidos por los Centros Públicos de Investigación y 65 directamente por los Fondos CONACyT. Recordemos que los fideicomisos fueron desaparecidos por la 4T debido a que servían para el desvío ilegal de fondos.Entrados en los valores neoliberales y de mercado, todo el Sistema Nacional de Investigadores respondían a lógicas y criterios elitistas y de sobreproducción de contenidos. La mayoría de lo producido no servía para resolver los problemas sociales y solo fungía como una forma en que esa minoría de investigadores se enriquecían con el dinero del pueblo.
Tanto se habló de la corrupción que tiene la dinastía dorada de los investigadores del país que treinta de ellos fueron llevados a proceso penal debido a que se encontraron transferencias millonarias ilícitas en sus cuentas. Así es, no contentos con todo el andamiaje de actividades que realizaban para enriquecerse, ahora también lo hacían de manera descarada y personalizada.
Los nuevos cambios
El fundamento legal para reformar al CONACyT son los cambios que se realizaron en la constitución política del país al artículo 3°, específicamente en la fracción V que señala ahora el derecho humano a la ciencia. Es decir, la democratización de la ciencia y la tecnología ahora obligaba a que se armonizaran los marcos normativos para hacerla una realidad.
En ese sentido, el Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación (CGICDTI) a finales de 2019 comenzó a formular el proyecto de iniciativa de ley general en materia de humanidades, ciencias, tecnologías e innovación. En diciembre de 2020 aprobó una primera versión del proyecto que se sometió a un gran proceso de participación, discusión y consenso donde distintos organismos locales de ciencias, tecnologías e innovación, organizaciones académicas y empresariales, Centros Públicos de Investigación e instituciones públicas de educación superior dieron su punto de vista y aportaron. Se habla de un total de 70 mil personas que participaron.
Además, la misma iniciativa es el resultado de una investigación de carácter comparativo sobre la legislación de Ciencia, Tecnología e Innovación en el mundo, así como un estudio sobre el derecho humano a la ciencia y sus estándares internacionales. De igual manera, el CONACyT revisó 31 informes, estudios y documentos oficiales de carácter internacional, cinco leyes y exposiciones de motivos en la materia, 23 análisis legislativos, 27 estudios de política comparada, seis memorias de eventos relevantes de la materia, 55 diagnósticos y observaciones temáticas y 44 reflexiones interdisciplinarias.La iniciativa presenta varios cambios, el primero de ellos es que el CONACyT será transformado en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (Conahcti). Es decir se coloca ahora a las humanidades como una de las partes rectoras de la investigación nacional y el nuevo Consejo continuará siendo un organismo descentralizado.
En ese sentido la propuesta ahora es integrar un Sistema Nacional de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, que sería integrado por el Conahcti, la Secretaría de Educación Pública, las universidades, instituciones de educación superior y todas las dependencias y organismos federales que fomenten la investigación científica y el desarrollo tecnológico.
Ese sistema nacional de humanidades tendría a bien entregar las becas de investigación a los becarios sin ningún intermediario. El objetivo es que esos apoyos sirvan a la formación de profesionales en áreas estratégicas o prioritarias y que tengan una visión humanista acerca de los problemas sociales. Además se realizará la implementación de los Programas Nacionales Estratégicos (PRONACES) para apoyar esfuerzos organizados de investigación. En ese rubro es importante mencionar que no se creará ningún fideicomiso ni contrato con alguna entidad privada.
Cada gobierno estatal y municipal tendrá que elaborar sus respectivos programas y los esfuerzos del sector científico se enfocarán en fortalecer la soberanía nacional, a partir de la consolidación de la independencia científica y tecnológica del país. Entre las áreas que se hace mención como prioritarias están la salud, agua, educación, cultura, vivienda, soberanía alimentaria, agentes tóxicos, contaminación, seguridad humana, sistemas socio-ecológicos, energía, cambio climático, y transición energética.Entre algunos aspectos novedosos encontramos el reconocimiento de los conocimientos tradicionales y el impulso a la ciencia básica y de frontera, aplicando además a la hora de evaluación métodos cualitativos en vez de los cuantitativos que eran más de la visión productivista y de mercado.
Ciencia y Tecnología para el pueblo
Como era de esperarse, la mayoría simple de los partidos de la 4T ganaron la votación en la cámara de diputados 257 a 208 y en el senado con 58 votos a 2 ya que los demás representantes quisieron boicotear y no pudieron. Así, queda ya aprobada la nueva Ley de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación.
Varios medios han salido a mentir y la dinastía dorada de investigadores convocó a protestar contra esta ley con resultados esperados, casi nadie acudió al llamado pues esa cúpula jamás se solidarizó con los problemas de los demás y solo defienden ahora sus privilegios. Hasta parece que toda oposición a la 4T actúa igual.
Finalmente, estamos hablando de la reivindicación de la investigación con un enfoque social, debemos apoyar y aplaudir que se estén dando esos cambios y que se piensan regir por la transparencia, democracia, inclusión, libertad, pluralidad, cero corrupción, eficiencia administrativa, rigor científico, pertinencia social y ambiental, acceso universal al conocimiento y sus aplicaciones y el respeto ineludible a nuestras culturas.
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