En varias publicaciones hemos señalado la manera en que el Partido Acción Nacional cuando asumió la presidencia de la república, utilizó toda la maquinaria del Estado para crear un sinfín de organizaciones campesinas, con la única intención de desviar recursos destinados a los programas de apoyo para el campo. En su totalidad, dichas organizaciones tenían dos objetivos claros: por un lado, el enriquecimiento ilícito y desmedido valiéndose de empresas factureras para lavar dinero y evadir impuestos, y por otro, el uso clientelar que les representara dividendos electorales.
Evidentemente el primer objetivo lo alcanzaron sin problema alguno y no podría ser de otra forma, baste con revisar la forma en que la SAGARPA (hoy SADER) soltaron los recursos descaradamente a estos membretes, mismos que fueron justificados con facturas emitidas por empresas fantasmas en las que, por cierto, bastante raja sacó el hijo de Santiago Creel Miranda, otrora Secretario de Gobernación en el periodo de Vicente Fox. El otro objetivo jamás lograría materializarse, pues quienes crearon estas organizaciones, nunca estuvieron dispuestos a visitar un solo núcleo agrario del país y para nada les importaba el dividendo electoral dado su desprecio al campesino.
Pero, así como proliferaron este tipo de organizaciones que, por cierto, se colgaron del Acuerdo Nacional para el Campo suscrito en 2003, siendo un logro de las organizaciones de lucha histórica, así de la misma manera, han proliferado desde el peñanietismo decenas de organizaciones ambientales que terminan siendo serviles a los intereses de las grandes empresas contaminantes o que sólo son utilizadas como fachada para despotricar contra el gobierno actual. Por su puesto que no todas las organizaciones están en esta posición, hay algunas que merecen reconocimiento por sus acciones altruistas y por dedicar su lucha diaria a la preservación del ambiente desde una posición tan crítica como objetiva.
Actualmente la fachada de estas organizaciones ha sido aprovechada por todos los partidos, pero sin duda, al igual que sucedió con las campesinas hace un par de décadas, estás, o han sido creadas por el panismo o abiertamente han sido adoptadas muchas de las ya existentes para golpetear al gobierno de López Obrador sin que se recurra en muchos de los casos a la evidencia o cuando menos al análisis real de los errores o aciertos. Por supuesto que sostener que no hay errores es caer en la subjetividad como también los es el hecho de no reconocer las acciones tangibles en materia ambiental de este gobierno.
Señalaremos un caso en particular: la derecha destaca las afectaciones del Tren Maya al equilibrio ecológico, que por supuesto existen pero que no son evaluadas en su justa dimensión, pero se niegan a expresar los beneficios que trae consigo el decreto que declara área natural protegida, con el carácter de Área de Protección de Recursos Naturales la zona conocida como Lago de Texcoco y que al día de hoy, se pueden constatar, no sólo los beneficios al medio ambiente, sino lo que representa para los núcleos agrarios de la zona que hoy nuevamente retoman este espacio para regresarlo a su vocación ambiental y productiva.
El decreto trae consigo beneficios con consecuencias positivas y por supuesto que no está excento de dos grandes males como son los intereses económicos y políticos que ya presionan de diversas maneras para obstaculizar los avances del decreto. Empero, el problema no es propio de una fuerza política sino de varias, por ejemplo en Chimaluacán, las autoridades municipales (de MORENA por cierto) permiten que grupos tiren cascajo a todas horas en la ANP soslayando en el grave daño que se genera al suelo y subsuelo de esta área que históricamente ha sido una zona significativa de recarga del acuitardo.
A esto sumemos las astucia e hipocresía del panismo para montarse en temas que ellos mismos han propiciado desde su optica neoliberal, y, aunque la formula dejó de funcionarles desde hace tiempo, la realidad es que han contado con el respaldo de quiénes dicen ser defensores del ambiente.
En fin, tras la severa crítica a las organizaciones campesinas, muchos optamos por el ostracismo sin querer asumir lo que realmente nos correspondía, y por supuesto que el saco se lo pusieron todos, pero si analizamos el ejemplo que hoy nos muestran los seudo ambientalistas, claramente econtraríamos que el prestigio se va perdiendo cuando se antepone el interés político sobre el ambiental. Hoy así se encuentra el lago de Texcoco, ojalá que tanto autoridades municipales, como estatales así como los grupos de interés político electoral, comprendan que el medio ambiente ha sido uno de los principales afectados del neoliberalismo rapaz.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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