La doctora DD y la Divina Providencia

Opinión de Germán Castro

De niño, como seguramente a la mayoría de ustedes, me divertía mucho jugar a los súper poderes. La parte más entretenida era el preámbulo. Antes de las carreras y los diablazos, la dinámica era más bien verbal: entre la chamaquiza se escogían primero y se discutía después quién se quedaba con qué potestades. La fuerza de Súperman, la capacidad de hacer que los animales le hicieran caso a uno como a Tarzán, volar, el ojo y el brazo biónicos del Hombre Atómico, en fin… Yo casi siempre pedía poder ser invisible. Al paso de los años he ido cambiado de preferencias, y si hoy fuera posible optaría por ser capaz de teletransportarme a voluntad: cerrar los ojos aquí, ahora mismo, en la ahora fría Ciudad de México, y un instante después abrirlos en Tulum, bajo el sol y junto a la playa.

No dudo que de vez en cuando todos sigamos fantaseando con poder predecir el futuro o poder regresar en el tiempo a enmendar uno que otro entuerto cometido en el pasado… El pensamiento mágico proporciona estabilidad psíquica y sigue siendo un modo de enfrentarse a la realidad entre jóvenes y adultos. Si bien se trata de un tipo de pensamiento primitivo, sigue siendo parte importante de nuestra cosmovisión contemporánea. Por ejemplo, las supersticiones abundan, y no es raro observar a personas responsables y juiciosas portar una pulsera de la buena suerte. El próximo 31 de diciembre un montón de gente se pondrá calzones rojos y no dudo que descubrirse a uno mismo pidiendo la intervención divina para salirse con la suya… 

Ciertamente, la irracionalidad es tan humana como el pensamiento racional, pero aceptemos la dura realidad: la mayoría de nosotros andamos por la vida sin poderes mágicos: ni usted ni yo podemos levitar ni, desafortunadamente, desaparecer de la realidad concreta a los fulanos y a las fulanas que nos caen mal, tampoco poseemos la capacidad de convertirnos en egregias águilas ni en poderosos lobos…, vamos ni en un astuto cacomixtle. La mayoría no tiene problema en aceptarlo. El problema generalizado está en la intromisión disimulada del pensamiento mágico en las explicaciones racionales de la realidad. Y es peor cuando esto ocurre de manera inconsciente.

Aquí mismo he hablado ya del pensamiento mágico que, a sus anchas, cunde en los relatos con los que cotidianamente pretendemos comprender lo que sucede (Escasez de corazones humanos): “… vivimos en un mundo en el cual, avalados por el sentido común hegemónico, solemos leer y escuchar disparates disfrazados de juicios razonables; por ejemplo: ‘La Economía requiere que las ventas de automóviles recuperen su crecimiento’.  ¿Se da usted cuenta? El aserto anterior tiene el mismo valor semántico que decir “Huitzilopochtli necesita que sean ofrecidos en sacrificio más corazones humanos”.

Ayer mismo la doctora Denise Eugenia Dresser Guerra nos regaló una perla de pensamiento mágico con el que, cada día más despistada, la oposición intenta encontrarle la curvatura al círculo. La académica del ITAM tuiteó:

Ojo. Hoy la ciencia ha encontrado la manera de crear fusión nuclear con láseres, eliminando la necesidad de combustibles fósiles y sin desperdicio radioactivo. La política energética de @lopezobrador_ basada en Pemex/carbón/CFE/Dos Bocas será cada vez más cara y obsoleta.

Para fundamentar su juicio sumario, la profesora Dresser adjuntó su tweet a un hilo de míster Wendell Pierce, este escrito en inglés. Traduzco:

RECUERDA ESTE DÍA. AVANCE EN LA FUSIÓN NUCLEAR. Hemos aprovechado el poder para crear fusión nuclear con láseres, eliminando la necesidad de combustibles fósiles y sin residuos radiactivos. Este avance crea energía renovable limpia ilimitada. Elimina la necesidad de aceite.

Y luego:

Ahora comienza la batalla. Las compañías petroleras lucharán por mantener sus máquinas de ganancias de mil millones de dólares. Nosotros, como sociedad, tendremos que levantarnos y exigir que aquellos en el gobierno y las empresas cambien fundamentalmente nuestra infraestructura energética 180 grados. El futuro ha llegado. El Laboratorio Nacional Lawrence Livermore ha aprovechado el poder del sol. Este es uno de los mayores descubrimientos científicos de nuestra era. Ojalá los medios le den la atención que se merece.

Aparentemente se trata de un mensaje bien fundamentado; digo, lo escribió un señor que habla inglés y trae a cuento un Laboratorio Nacional que al parecer no está en Ecatepec ni mucho menos, ¿no? El problema comienza si uno tiene la curiosidad de averiguar quién es el tal Wendell Pierce, porque resulta que el amigo no es un físico, ni cuántico ni nuclear, ni un ingeniero ni siquiera un periodista especializado en asuntos científicos… No, el señor Wendell Pierce un histrión, un actor estadounidense medio famoso por haber interpretado al detective Bunk Moreland en la serie The Wire. Lo más curioso es que ni el señor Pierce ni la doctora Dresser citan otra fuente. Claro, porque si hubieran investigado un poquitito más habrían descubierto que entre el artificio por primera vez logrado que se anuncia y su uso masivo tendrán que pasar décadas.

Así las cosas, me atreví a contestarle a la docta politóloga lo siguiente:

“La ciencia” es una abstracción, y usted lo sabe. Su mensaje, doctora, tiene el mismo valor semántico que encomendarse a la Divina Provincia.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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