La derecha, sin nada que ofrecer

Opinión de León Fernando Alvarado

Poco a poco se empiezan a escuchar voces desde la derecha que sugieren aceptar lo inevitable: La oposición a la 4T no ganará la Presidencia de la República en 2024.

Más allá de su rufianesco desafío de “hay tiro” y de su hilarante entusiasmo por perder sólo cuatro de las seis gubernaturas disputadas en junio (compa, otro éxito como este y estamos aniquilados), la realidad es que la derecha se encuentra ayuna de posibilidades para obtener el triunfo en la próxima contienda presidencial.

Sin estrategia, sin principios, sin programa, sin ideales, sin cuadros, sin candidatos y hasta sin partidos, la derecha ha centrado su quehacer en la desinformación que se pueda generar a través de los medios y las redes sociales, pero ni los medios ni las granjas de bots hacen mella en lo profundo del pueblo.

La táctica desinformativa no parece calar más allá de los damnificados por el cierre del presupuesto federal, quienes están dispuestos a consumir cualquier mentira en contra de la 4T. Pero véanse los números. En los resultados del Módulo sobre Lectura (MOLEC) 2020, el INEGI afirma que “Cuatro de cada diez hombres y dos de cada diez mujeres declararon leer periódicos1. Así, ¿cuál puede ser el impacto real del amarillismo de los pasquines en una población que en cambio ve al presidente trabajar incluso los domingos o bien cuenta con un apoyo del gobierno, como el 65% de los hogares mexicanos 2?

La suma de tres partidos –dos, en realidad, porque suena muy imaginativo llamar así al PRD- no ha generado un frente opositor consistente, con un programa de acción que atraiga el interés del electorado.

Los partidos son náufragos que sobreviven agarrados a la tablita del presupuesto. Por ejemplo, el PAN: “Con apenas 0.02% por encima de lo que pide la ley para seguir como partido político nacional, el PAN abrió las puertas de afiliación a todos los ciudadanos y a aquellos que se “arrepintieron” de votar por Andrés Manuel López Obrador en 2018”, informó Forbes México en julio del año pasado 3. Y el PRI se encuentra en situación no muy distinta, a la cual se suman los sucesivos escándalos de su dirigente nacional.

Su renuncia a legislar -la pomposamente llamada “moratoria constitucional”- por instrucciones de sus titiriteros resulta incluso paradójica porque la Cámara de Diputados es la gran caja de resonancia política en el país. La única caja de resonancia mejor que la Cámara es la conferencia “mañanera” del presidente, donde éste marca la agenda del día a medios y políticos, pero es obvio que ahí no entrarán.

Los ideólogos. Aguilar Camín y Krauze son las dos lánguidas luces de la derecha que lentamente se apagan, porque hoy superan los setentaicinco años de edad y rasguñarán los ochenta en 2024. Sin duda que su bilioso encono contra el proyecto popular de la 4T mantendrá viva su enjundia, pero a la Naturaleza los resentimientos personales le importan un comino y es previsible que su avanzada edad mengüe sus capacidades, por mucho que el odio sea su motor de vida para ponerse de pie cada mañana. Caray, y tan sencillo que sería comprarles miles de sus revistas para mandarlas al kilo y tenerlos contentos. Pero no.

Sobre los presuntos prospectos presidenciables de la derecha, el pudor obliga a guardar misericordioso silencio. ¡Cuánta modestia se nota en Enrique de la Madrid, Luis Donaldo Colosio y Santiago Creel si se los pone frente a indiscutibles cuadros políticos como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard o Adán Augusto López! Nomás no les dejan orilla de dónde agarrarse.

Casi como un acto de clemencia en medio de tanto desatino, la sensatez parece abrirse paso en el áspero entendimiento de la derecha. El señor X., formal arrendatario del frente de partidos opositor a la 4T, ha declarado en un tuit que ni sumados todos los votos opositores podrán derrotar a Morena en las futuras elecciones para la Presidencia4. Por eso propone crear “una soc. civil y una ciudadanía +activa, propositiva y perseverante”.

Además de que parece tarde para enmendar una colección de ofuscaciones (la muestra más reciente de las cuales es el ataque al hijo de AMLO) y porque es evidente que una estructura partidaria no se crea en dos años, la idea tropieza con el insalvable obstáculo de que carece de programa e intenciones que incluyan al pueblo, siempre el gran ausente en los planes de la derecha.

Es más fácil que ingresen al PAN fascistas de El Yunque o del DHIAC (Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana) que obreros o campesinos por la sencilla razón de que estos sectores no son contemplados en su horizonte ideológico.

A las anteriores dificultades se suma la más determinante, la que tiene que ver con recursos financieros. Habrá que ver si quienes distribuyen dinero a paladas entre partidos, periódicos, columnistas, ecologistas y entrevistadores consienten recibir a cambio migajas políticas que no alcanzan para la defensa de sus intereses.

No tienen nada para la gente. La gente no tiene nada para ellos.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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