Ricardo Anaya recientemente otorgó su opinión sobre el Plan B. Por supuesto que solamente se dedicó a lanzar especulaciones y opiniones sin argumento alguno. El excandidato presidencial comentó que la reforma electoral era un movimiento de AMLO por temor a perder. Sin embargo, el señor Anaya está más que lejos de la realidad, ya que el plan involucra más aspectos que el control en las votaciones.
El Plan B de AMLO ya presentó su primera refutación. La persona que se opuso a dicha estrategia para mejorar las condiciones electorales es conocido como Francisco Hernández. El ciudadano acudió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para presentar su juicio contra el plan B. Pero, sus refutaciones no tienen sustento ya que la reforma todavía no presenta elementos sólidos para considerar su eliminación.
La reforma electoral pretende mejorar las condiciones democráticas en el país. Recordemos los sexenios anteriores donde hubo fraudes sumamente cínicos, por ejemplo, en el que ganó Felipe Calderón. Considero que era bastante evidente la preferencia por López Obrador. Asimismo, otros aspectos que afectan a las condiciones democráticas como los diputados plurinominales se verán modificados, así también reducir el presupuesto a partidos políticos y que los ciudadanos elijan a los consejeros del INE.
¿Cuáles son los problemas que encontró Francisco Hernández para presentar un juicio contra el plan B? Según el ciudadano, el plan adolece de varios aspectos: ”inexactitud, confusión y vacíos legales, producto de un desaseado proceso legislativo y de una falta de técnica jurídica que llevan a minar la fortaleza del Instituto Nacional Electoral”. Sin embargo, el mismo TEPJF afirmó que el plan todavía no estaba completamente asentado y está en proceso de ser aprobado.
Afortunadamente, el plan para la mejora electoral ya superó su primera verdadera oposición. Delgado Carrillo argumentó que no se busca utilizar el INE por intereses del partido, sino que se busca proteger la democracia: “El INE no se toca, pero sí se tocan sus intereses, se tocan sus excesos, sus abusos”. Por lo que confirma la visión y el objetivo de Morena con el Plan B: rehabilitar la democracia en el país.
Así que la reforma electoral no es una supuesta conspiración por parte de Morena para controlar las votaciones como lo afirma Anaya, sino que busca atender y eliminar asuntos absurdos. Ya sean relacionados con el fraude, el derroche, la corrupción y otros elementos que ningún otro sexenio pudo solucionar.
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