A unas horas de que finalice el año y con ello también se van difuminando los meses que le restan a un gobierno histórico; es momento de replantearnos y analizar el momento exacto que nos tocó presenciar y vivir.
El movimiento que articuló un individuo originario del sureste del país, esa región por años olvidada y dejada de la mano de Dios, que nos ha recordado que no existe lugar sin esperanza, que no hay una región del país en donde a pesar de los pesares siempre habrá lugar a incubar y mantener viva la llama de la fe y de la transformación. Somos un país y un pueblo rico en cultura desde tiempos inmemoriales, somos una región bendecida por Dios, por la naturaleza, o por quién haya decidido dotarnos de tanta riqueza biológica.
Lamentablemente hemos tenido la desgracia de caer y estar en manos de grupos humanos aprovechados que han lucrado y especulado con los recursos naturales, de los que somos parte y que pertenecen a todos. Ellos los han monopolizado casi siempre evitando el acceso a una vida más justa e igualitaria que nos beneficie a todos y que conjure los graves problemas sociales que se germinan en la desigualdad y en la inequidad.
El movimiento que se ha aglutinado en torno al político mexicano más importante de los últimos cien años ha puesto el dedo en la llaga abierta con saña en las últimas décadas por los enemigos de la patria y del pueblo de México. Este movimiento de millones de hombres y mujeres con intereses en lo comunitario y preocupados por una sociedad más justa hemos reivindicado los ideales más altos de los luchadores sociales. Creemos y queremos una patria para todos, un país en donde los pobres, por el bien de la sociedad en su conjunto, sean los primeramente atendidos y visualizados.
Como ya se ha dicho y repetido hasta el cansancio ésta lucha se trata de una pugna entre los históricos grupos que han antagonizado en el devenir de los tiempos y se concentra entre los de ideas de avanzada, los liberales y los que preferirían mantener el status quo, los conservadores, aquellos que por sus ventajosos privilegios defienden lo establecido para no ceder en sus desproporcionadas canonjías.
Hoy estamos viviendo tiempos de transfiguración de lo social, vemos severamente enojadas y disgustadas a las clases otrora dominantes quienes acusan de un gobierno totalitario, autócrata e ineficiente a aquél que les dejó desprovistos de la seguridad que les proporcionaba el constante flujo de efectivo proveniente del presupuesto público. También se encuentran muy irritados los “empresarios” que antes eludían o evadían su obligación tributaria, que decir de funcionarios públicos que se apartaban de la realidad en sus esferas burocráticas de prebendas y tráfico de influencias en dónde podían multiplicar sus ingresos exponencialmente pues se coludían en los famosos moches y arreglos en lo oscurito.
Molestia aparte la de sus voceros, los cometócratas (todos aquellos periodistas a modo y presuntos líderes de opinión) que vivían en una realidad alterna lejanos de lo verdaderamente social y quienes se servían siempre con la cuchara grande según se tratara de alabar o ensalzar a sus patrocinadores políticos de quienes recibían sus ingresos más altos y a los que cínica y descaradamente protegían sin tocarlos con el pétalo de una rosa a pesar de sus desastrosas carreras llenas de oprobio e ineficiencia. Cómo certeramente lo ha afirmado el presidente, unas focas aplaudidoras o matraqueros que ahora callaban como momias cuando se llevaba a cabo el saqueo más grande a la nación, pero que ahora cuál perros sin bozal despotrican en contra del poder ejecutivo más legítimo en décadas.
En fin, el año que culmina y el año que comienza tiene ciertos vientos de nostalgia, de saber que no habrá un político del tamaño que se requiere en la presidencia de la República, habremos de buscar con lo aprendido en este periodo que él o la que se encuentre al frente del movimiento deba comportarse a la altura que requiere la continuidad de esta lucha.
Feliz Año Nuevo a todos y que sea este 2023 el preámbulo de la victoria augurada en 24.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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