Por fin acabó la tremenda incertidumbre de los aspirantes a gobernar las alcaldías de la Ciudad de México y con menos sorpresas que número de registrados, ahora comienza una nueva etapa que exige el máximo esfuerzo para alcanzar la unidad en medida de lo posible, así que de una buena vez, corresponde a los designados tender puentes de entendimiento con otras fuerzas que resultan fundamentales para obtener el triunfo en la contienda que, por supuesto, no será nada fácil.
Claro que no se puede considerar el proceso como intachable, la falta de transparencia (que algunos van a negar) siempre deja algunas manchas difíciles de limpiar, entre esas manchas destacan los casos donde la terquedad de sentirse el o la más adecuada, provocan el berrinche / chantaje acostumbrado. Pero con todo y eso, todo parece indicar que la factura a pagar por las condiciones de opacidad e inequidad en algunas alcaldías no representará mayor problema. Sin embargo, la dirigencia estatal tendrá un enorme reto para ir fortaleciendo el nivel de comunicación con las bases que no dejan de ser ignoradas en varios lados, así que suerte para Sebastián.
En esta nueva etapa va a jugar un papel decisivo Clara Brugada si logra mantener una línea de trabajo sólido con quienes realmente tienen un trabajo significativo en el territorio. Por ejemplo, para nadie es un secreto que haya malos resultados en alcaldía gobernadas por MORENA (Milpa Alta es uno de los más significativos), pero estos deben ser analizados con extrema objetividad, sobre todo cuando muchos están pensando que el plan B se reduce a la compensación con otro cargo y no a priorizar el trabajo desde la base. Así que las últimas definiciones deben orientarse a garantizar la continuidad del proyecto y no al cumplimiento de caprichos tribales. Ojalá la dirigencia nacional y la estatal logren comprender que este proceso (no la elección en sí) pueden convertirse en la mejor oportunidad para terminar con las viejas prácticas de uno que otro grupo. Por cierto, eso incluye a las propias organizaciones sociales que, conforme pasan y pasan procesos electorales, más se van desdibujando del escenario político y perdiendo legitimidad entre sus agremiados. Así que esto pudiera convertirse en una reflexión de que ha llegado la hora de retomar causas y principios y colocar los procesos electorales en un plano secundario, al menos para quiénes representaron en algún momento las causas tan justas como el derecho a la vivienda.
Pero lo más importante por ahora para la izquierda auténtica que aún sobrevive, es el de ganar la capital del país de manera contundente para cerrar paso a cualquier duda sobre los avances que ha traído para la ciudad este proyecto comenzado desde el Ingeniero Cárdenas; especialmente cuando la campaña negra del panismo y su principal cómplice, está a todo lo que da y que no se puede definir de otra forma más que de hipócrita pues ahora resulta que quienes tanto han dañado al país, ahora vienen con la patraña de que representan la opción para salvarlo.
Por esa razón la tarea no es menor, el esfuerzo corresponde a todos y no puede quedar solo en manos de las dirigencias y menos de los designados, hoy corresponde iniciar el esfuerzo unitario de arriba hacia abajo tanto como de abajo hacia arriba. Cualquier militante está obligado a dejar atrás el proceso interno y sumarse sin cortapisas a las tareas que van desde la plática con el vecino de a lado hasta el último minuto de la jornada electoral, así que ha llegado la hora de echar a andar la máxima aquella de suela, sudor y saliva por el proyecto pues sólo de esta manera habrá posibilidades de que la izquierda siga gobernando la capital.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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