Una vez comenzada la carrera presidencial, que muchos calificamos como adelantada y que en julio del 2021, el presidente de la república, López Obrador decidiera, fiel a su “inusual” estilo de hacer política, mencionar públicamente a los “posibles sucesores” y destapar algunos nombres como los de Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Rocio Nahle, Tatiana Couthier, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, se daba oficialmente la bienvenida a una etapa distinta, que no se había visto en el país con el famoso “tapadismo” del viejo régimen. Pero ¿qué beneficios o consecuencias ha traído está decisión hasta el momento?
Si bien es cierto, se dice que las competencias son sanas, también agrega presión y gran responsabilidad para los participantes; como lo hemos visto, a lo largo de casi un año esa lista se ha reducido drásticamente, pero además tiene un nuevo participante; ni más ni menos, en esta nueva realidad sólo figuran los nombres de Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, y Adán Augusto López Hernández.
Este escenario no sólo pone presión a cada uno de los contendientes, sino que también propicia factores que pueden ser determinantes y muy peligrosos; me refiero a la pugna, la división y la confrontación. Ya pudimos ser testigos en una entrevista donde distintos periodistas abordaban a Marcelo Ebrard saliendo de Palacio Nacional, y un presunto simpatizante de Claudia Sheinbaum lo increpaba y acusaba de neoliberal; a esto se suma el evento donde fue homenajeada (muy merecidamente) la escritora Elena Poniatowska, donde al uso de la palabra, la jefa de Gobierno no quiso mencionar el nombre del canciller y decidió meterlo en un paquete donde citó a “otros secretarios”.
La línea 12, la cual se ha pretendido utilizar políticamente como una granada de largo alcance hacia el canciller Marcelo Ebrard cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México, se está convirtiendo en bomba de onda corta, ya que el informe que recientemente se dio a conocer públicamente, que hizo la empresa noruega DNV, arroja como una de las causales de los lamentables hechos de la caída del tren, “el mantenimiento” de dicha línea.
Sin duda el efecto de la ansiedad política a cualquiera le puede jugar en contra, pero uno pensaría que la madurez política y la inteligencia emocional son olas domadas para personalidades del calibre de estos aspirantes a la presidencia, pero también da cuentas de que se vislumbra una ruta sinuosa y con sobresaltos si no se tiene a bien realizar prevención, control de daños y efectos secundarios.
Para que este proceso sea más tolerable y se mitiguen las rivalidades, el partido del Presidente López Obrador juega un papel decisivo; Morena tendrá el reto de reconfigurarse, de reestructurarse, y como lo dice su nombre, de “regenerarse”; será imprescindible que se reorganice en todas las entidades y de ser necesario, a nivel nacional. Este difícil reto demandará de sangre fría e imparcialidad; el presidente sabe que un partido fuerte y bien organizado será la base de la nueva victoria para el 2024.
El Comité Nacional de Morena tiene cita con la historia en sus sesiones, convocar a la reafiliación y renovación de su estructura en todos los estados, lo cual significaría para sus militantes y simpatizantes, un bálsamo de esperanza para poder participar, o dejar las cosas así, arriesgándose a una gran fractura al interior de este partido y por consiguiente, darle a la derecha la oportunidad de aprovechar esta coyuntura y dejar a su virtual candidato(a) con el flanco más importante al descubierto.
Serán muy importantes las próximas semanas, ya que se vislumbran cambios en la estructura organizacional del Gobierno Federal como lo es en Bienestar, donde es imperante y muy necesario que el presidente de la república cuente con perfiles comprometidos para ésta, su secretaría insignia, ya que hay muchos casos documentados avalan que esta institución “no dió el ancho” a manos de Gabriel García; Bienestar tendrá un papel conclusivo para esta administración y las aspiraciones de la siguiente.
Aún falta tiempo para la elección del 2024, pero las definiciones para elegir perfiles a los distintos cargos por elección están más cerca de lo que se imaginan; a fin de cuentas, así es la nueva política mexicana de tiempos anticipados.
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