Acorralada, desesperada, despelotada y turra, empecatada, liosa, trapisondista, embaucadora, insidiosa, malsana y emponzoñadora, desmoralizada y escabrosa, truculenta y caradura, truhan y balandrona, tramposita y perversa, la derecha facha, el conservadurismo mexicano contemporáneo aglutinado en torno al PRIAN, ese combo de lo que queda del brazo partidista del neoliberalismo globalista aldeano, los markitos y los alitos con sus chuchos, ellos y sus voceros mediáticos, sus dizque analistas y politólogas, la mayoría mostrando ya sin recato cuadros de ecolalia, sus medios sicarios, su prensa basura, sus huestes de bots, sus fúricas falanges tuiteras, en bola se dejaron caer en el ágora mexica cual bola de nieve para propagar una nueva “narrativa”…, como a su intelectualidad le encanta maldecirle a las mentiras. Desde hace unos días traen la consigna de propagar el cuento de la cancha dispareja.
Por ejemplo, el incansable e impertérrito comentarista de Televisa, Leo Zuckerman, publicó en Excélsior su contribución a este nuevo mantra colectivo de la derecha, misma que luego promocionó en X… Leo al tal Leo:
No sé cómo puede haber gente que todavía niegue que la cancha está dispareja en la competencia presidencial. O son ilusos o farsantes. Claro que el terreno de juego está inclinado a favor de Claudia Sheinbaum.
El pobre no se da cuenta de que insulta desde una tontería. Su metáfora (¿y por qué será que los señores comentócratas al servicio de la oposición nomás no pueden salir de sus metáforas futboleras?)… Su metáfora, decía, es equívoca: una cancha dispareja afectaría a todos los competidores.
Más allá de la bobería de la cancha, y con toda la buena intención de que el aludido señor panelista de derechas entendiera, le contesté con otra metáfora deportiva:
A ver, si se programa una pelea de box, digamos para el próximo domingo 2 de junio, entre el mejor peso completo profesional del mundo y el peor peso pluma amateur del mundo, ¿diríamos que el problema de inequidad del combate está en el ring?
La contienda electoral por la Presidencia de la República se está dando en condiciones, efectivamente, “disparejas”, pero no por la “cancha”. El principal ingrediente de inequidad se debe a los actores en contienda: si hacemos a un lado al candidato de MC que no tiene ninguna posibilidad y que se dará por bien servido si logra más del 5% de los votos, entonces tenemos, por un lado, el de la izquierda, a una mujer brillante, científica-estadista con experiencia, una política con una ideología coherente y perfectamente definida, el humanismo mexicano, y por el otro lado, el de la derecha, a una señora cuya mejor definición es la indefinición. No digo más, no es necesario hacer leña del árbol caído, ni está bien ni se puede empujar a quien ya se cayó y sigue en el suelo.
En cambio, sí digo que la disparidad en el proceso electoral que hoy vivimos no sólo se aprecia a leguas entre las candidatas. Los medios tradicionales están en su enorme mayoría volcados en contra del actual gobierno federal y de la candidata de Morena. El radio, la televisión y los periódicos son miembros prácticamente todos de la prensa sicaria. Sus afanes día a día no se dirigen a informar, sino a confundir, a meter miedo, a atizar la insidia, a desalentar…
También, claro, no podemos negarlo, la contienda está dispareja si, regresando a la metáfora futbolera, le echamos un ojo a las gradas: la enorme mayoría de los aficionados le van al equipo guinda, por lo menos seis de cada diez, mientras que al equipo que quiere salir a jugar de rosa y en realidad es blanquiazul-tricolor-amarillento apenas cuenta con el apoyo de unos tres de cada diez entre el público.
Y, finalmente, otro factor de injusticia, el más peligroso de todos, está en el árbitro. El hombre de negro, como le dicen en el fút. El hombre de rosa en este caso. Para probar lo que afirmo no es necesario hablar mucho: recordemos que las señoras y los señores del INE, tan autónomos ellas y ellos, no han movido ni un meñique para investigar la guerra sucia que desde hace semanas ha emprendido el fachismo, particularmente su andanada de HT en X, Narcopresidente, Narcocandidata, Narcogobierno y las que se les sigan ocurriendo. Eso no lo investigan, y en cambio, el jueves 18 de abril nos vinimos a enterar que el INE acaba de hacer el ridículo más grande de toda su historia: el requerimiento de información formal que, como “autoridad”, enviaron a la empresa española que administra Canal Red Latinoamérica en torno a la estupenda entrevista que hace semanas le hicieron al presidente López Obrador no sólo no tiene ningún sustento jurídico, sino que descara su imparcialidad de la manera más burda que se me hubiera podido imaginar. La respuesta de la periodista Inna Afinogenova y de Pablo Iglesias fue demoledora, véanla por favor: pudieron ser crueles, pero amortiguaron un poco el carajazo por el buen sentido del humor que los caracteriza.
Y mientras tanto, la oposición sigue regalándonos solaz con su debacle. Porque más allá de las comandas que al parecer todos sus esbirros tienen que atender, los conservas siguen en su acelerada descomposición desordenada.
Por ejemplo, quien dicen que coordina la descuachalangada campaña electoral de la señora Bertha, Santiago Creel, ya se auto-coronó como el rey del humorismo gris. El ex secretario de gobernación del desgobernado Vicente Fox declaró que su candidata, la prianista que se dice troskista, feminista, indígena y candidata ciudadana, avanza viento en popa en las preferencias de los próximos sufragantes. Casi casi sin que se notara que estaba a punto de ganarle la risa a propósito de su propia puntada, dijo que el balance de la campaña de Xóchitl Gálvez era positivo. ¡No, bueno, resultó imposible no reírse cuando uno lo leyó!
Y es que, como Creel, un montón de fachos se pusieron un pasón de antología por consumo de un alucinógeno estadístico conocido en el bajo mundo como Massive Caller, un pasón psicotrópico que los tiene viendo que la señora Bertha ya mero alcanza a Claudia.
También en absoluta descoordinación, a media semana, El Universal público en primera plana, junto su cabezal, con todo y foto de la aludida mostrando esa sonrisa que día a día luce más y más fuera de tiempo, lugar y circunstancias, el siguiente titular: “Si el 62% sale a votar, adiós AMLO y su candidata”. ¿Qué? ¡Pero qué! Porque primero uno se ríe, luego entiende que es incomprensible tanta estulticia. ¿De plano no han entendido que vote el 63% o el 100 o el 20%… de todas formas, adiós, AMLO? ¿Nadie les ha hecho saber que el sexenio se acaba y que justo por eso hay elecciones? Y ya más fino: ¿realmente no comprenderán que entre más ciudadanos salgan a votar más votos tendrá la doctora Claudia Sheinbaum? La duda la planteó mejor mi amiga María Elena Sequeyro, quien escribió:
Tiene días que vengo escuchando esto. Ayer vi varios tuits de “famosos” pidiendo el voto, pero no entiendo su lógica, pero, bueno, eso no es su fuerte.
A mí me dejo pensando María Elena, y tengo una hipótesis como respuesta. Con esto cierro.
Tal vez, sólo tal vez, quede alguien cuerdo en la oposición. Tal vez ese alguien ya se dio cuenta y aceptó que la tienen totalmente perdida, y que la mayor parte de la ciudadanía también ya lo sabe, incluidos los pocos que piensan votar por ellos, que seguramente cada día están más tristes y valoran menos la importancia de su voto: para qué salir el domingo si de todos modos ya perdimos. Así, el llamado del PRIAN a salir a votar es el grito desesperado de quienes ven, con toda lógica y motivos razonables, la probabilidad de incluso perder el registro.
De este lado, estamos obligados apoyarlos en esto con todo: este 2 de junio salgamos todos a votar…, nosotros, sin misericordia.
- @gcastroibarra
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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