A cuatro años (en números redondos) de iniciada y a dos de terminar su primer periodo de gobierno, la auto nombrada 4T ha dado pasos firmes orientados hacia el cumplimiento de los objetivos que se planteó el proyecto alternativo de nación, representado por el actual presidente de la república: AMLO.
Pero han sido eso: pasos en la dirección que trazó un diseño de país que representaba un concepto totalmente nuevo en cuanto a las estructuras sociales y políticas que conformaban este maltrecho cúmulo de pueblos, etnias, rancherías, barrios, colonias, zonas residenciales, algunas ciudades que no acaban de nacer y ya están colapsando y una sola ciudad que se convulsiona a la vista de todos, pero sigue recibiendo, alimentando y sustentando (sólo-dios-sabe-cómo) al grueso de la población que busca algo de movilidad social y algunas opciones de desarrollo intelectual y artístico, que se llama México.
Una sola entrevista a Claudia Ruíz Massieu a manos del punzante y directo Julio Hernández “Astillero”, deja ver el espectáculo lamentable que presenciaremos en el siguiente período electoral, que se antoja algo turbulento y eso sí, nada aburrido:
Presuntos candidatos, o aspirantes a serlo, con hilos de marioneta tan marcados y evidentes, que serán incapaces de responder cuestionamientos puntuales que puedan poner en entredicho a sus titiriteros, a quienes todos conocemos. Por otro lado, discursos vacíos que de tan redundantes y demagógicos, provocarán cada vez más náuseas en el electorado actual, que ha aprendido a identificar toda esa jerga política que se vale de eufemismos, sinónimos interminables, palabras rimbombantes gastadas, que no tienen mayor significado y propuestas tan vagas, que siguen utilizando el nombre de México, como si de un objeto o mejor aún, un ser individual y ajeno se tratara: “esto es por México”, “con la mira puesta en México”, “mi único interés es México” y así al infinito, dando la impresión de que ese “México” es un menor de edad abandonado a su suerte, un ser desvalido que requiere de salvadores o héroes que se compadezcan de él y tomen su turno para ahora sí, de una vez por todas “resolver todos los retos a corto, mediano y largo plazo, que nos presentan las realidades del mundo actual”, parafraseando a cualquier político convencional, entrevistado en cualquier programa, por cualquier comentarista proveniente de esa antigua realidad que colapsó demasiado rápido para dar tiempo a esas sub especies sociales, de mutar o siquiera reflexionar en un plan de supervivencia, ante el cataclismo que las expulsó de la palestra y los círculos privilegiados de opinión que constituían la tan llevada y traída “comentocracia” en su momento.
Retomando el planteamiento inicial acerca de los pasos (y nada más que eso) que se han dado en dirección a una transformación del status quo, parece imposible que la tan vapuleada oposición, no haya notado que en seis años era imposible bajar el precio de los combustibles, transformar el sistema de salud en uno de primer mundo, terminar con la galopante violencia producto de un espiral originado en años previos o lograr un crecimiento exponencial de la economía, aunque sí ha sido posible construir una refinería y adquirir otra en el extranjero, rehabilitar las existentes y ponerlas a producir de acuerdo a su capacidad, rehabilitar y construir hospitales que en otro tiempo, sólo sirvieron para tomarse fotos, cobrar impuestos a enormes contribuyentes antes privilegiados, que han servido para financiar sin deuda la inmensa mayoría de la operación del gobierno, o crear una Guardia Nacional que tenga presencia en los territorios más violentos, inhibiendo lentamente los crímenes de alto impacto, sin olvidar el enfoque en el respeto a los DDHH en sus labores policíacas. Todo esto sin mencionar la enorme maquinaria de apoyos sociales a quienes menos tienen y la creación de instituciones como el Banco del Bienestar, que vino a arrebatarle a los partidos y operadores políticos, aquél botín que indiscriminadamente saqueaban para fines electorales o de enriquecimiento ilícito.
Donde quiera se pueden leer listas de los “pendientes” que dejará este sexenio, centradas en los supuestos o presuntos actos de corrupción cometidos por personajes cercanos o familiares del presidente, pifias como el operativo fallido para capturar a Ovidio Guzmán, o fake news tan burdas como achacarle al mismo AMLO haber sido padrino de los hijos de aquél caído líder nacional del PRI, pero en ninguna se lee un verdadero análisis de algunas cosas que al ciudadano común nos afectan y que serían extremadamente atractivas de oír en boca de cualquier candidato o aspirante a serlo y que, a manera de conmiseración con la oposición, yo, un ciudadano cualquiera, pongo en sus manos (pues se nota que son incapaces de verlo), por ejemplo: ¿Qué se va a hacer con el estrés hídrico al que avanzan muchas regiones del país? ¿Cómo se va a lograr abatir la corrupción en los niveles medios y bajos del gobierno, que es en donde nos toca padecerla a quienes aún somos testigos o víctimas de funcionarios corruptos, sindicalistas, líderes de ambulantes, monopolios ilegales, cobros desproporcionados de comisiones y tarifas en casi todos los servicios?¿Cómo y cuándo se va a presentar un plan a mediano y largo plazo, auditable en pesos y centavos para habilitar policías municipales y estatales y así poder prescindir de la GN en un punto específico? ¿Cuándo vamos a empezar a ver las caras y nombres de esa horda inmensa de funcionarios corruptos procesados y condenados a perder no sólo su respetabilidad, sino la vida de privilegios de la que gozan a costa de nuestra desgracia y carencias?¿Cuándo vamos a endurecer las sanciones locales y/o federales hacia los depredadores de bosques, selvas y ejidos en pro de un desarrollo inmobiliario desordenado y voraz, que amenaza la supervivencia de ecosistemas y pueblos enteros a lo largo y ancho del territorio? Por mencionar sólo unos cuantos asuntos irresolutos hasta ahora.
¡Claro que hay pendientes! pero a quienes hoy dicen estar interesados en gobernarnos hacia el futuro parecen escapárseles y sólo encuentro algunas posibles respuestas a esta interrogante:
Son y han sido tan privilegiados que no son capaces de ver el país real en el que están parados y las necesidades reales y prácticas de quienes poseen los votos o bien, aquellos rubros en los que hace falta trabajo, son precisamente aquellos en los que ellos (o sus amos) jamás habrían puesto el reflector, por ir en contra de sus intereses mezquinos y los negocios que los financian.
DA CAPO
Mientras no se escuchen palabras que lleguen hasta el fondo del corazón de la sociedad, que ha despertado ante el proceder de un presidente que es la viva imagen de un gobernante de y para el pueblo, el único desfile que veremos no será el de aspirantes a una candidatura para servir a la gente, sino sólo el de una pandilla de AMBICIOSOS VULGARES intentando engañar con trucos desgastados e inservibles a un pueblo que los había rebasado política e intelectualmente hace décadas, y sólo necesitó que su voz se hiciera escuchar una vez, para abandonarlos al eco de sus miserables y huecas mentiras.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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