El ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez Álvarez, recordó el movimiento estudiantil de 1968, destacando que se trató de un “movimiento nacional […] por las libertades democráticas, en contra del régimen de represión política que existía”.
Desde la primera mañanera de la Presidenta Claudia Sheinbaum, hizo alusión a los movimientos previos de ferrocarrileros, maestros, telefonistas y telegrafistas, los cuales “fueron reprimidos violentamente por la fuerza pública” y cuyos líderes fueron encarcelados bajo acusaciones de disolución social.
Gómez Álvarez subrayó que el movimiento de 1968 exigía “diálogo público” y denunció las diversas narrativas que los adversarios del movimiento han promovido. Entre ellas, mencionó la idea de que fue “una provocación”, una “conspiración internacional fraguada en La Habana”, o una “manipulación de políticos”. Para Gómez Álvarez, “los enemigos del 68 eran los que no son demócratas”, quienes veían en las libertades democráticas una amenaza de ingobernabilidad, una creencia que él calificó de “gran mentira”.
En referencia a la matanza del 2 de octubre, señaló que “fue ordenada obviamente por el jefe de las Fuerzas Armadas, el Presidente de la República”, y denunció que los presos políticos de 1968 fueron presentados como responsables de la tragedia. “De ese tamaño era la perversidad del poder político de entonces”, afirmó, recordando además que el Poder Judicial los sentenció a 16 años de prisión, aunque posteriormente el Congreso les otorgó una amnistía.
Finalmente, Gómez Álvarez destacó la importancia y legitimidad del movimiento estudiantil en los últimos 56 años, vinculándolo con el surgimiento de la Cuarta Transformación (4T), afirmando que “la 4T proviene en gran medida del mensaje, de la acción, de la práctica y de la continuidad del movimiento estudiantil de 1968”
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