José Luis Pech Várguez, candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Quintana Roo es considerado ya el gran perdedor de las elecciones estatales ya que su campaña nunca logró despegar y por el contrario, ha perdido su ya de por sí poca popularidad entre la población.
Marybel Villegas Canché, declaró que Pech trató de extorsionar al partido guinda semanas atrás a cambió de no irse al partido naranja.
Para sumar fuerzas con Morena, Pech pidió una “cuota mensual” de 3 millones de pesos, poder hacer los nombramientos en 40 direcciones estatales tras el triunfo de la ex alcaldesa de Cancún, y el ayuntamiento de Solidaridad; peticiones que claramente fueron desechadas por Morena.
La historia de Pech en Morena es singular, ya que en primer momento fue designado como delegado del partido en la entidad, asunto que aprovechó para impulsar su imagen a la par de la creación de comités.
Posteriormente fue elegido candidato a senador, cargo el cual ganó por el llamado “efecto AMLO” más que por méritos propios.
Tras participar en un acuerdo de unidad y a dos sondeos realizados por dos casas encuestadoras, se reveló que Lezama triplicaba la popularidad de Pech, por lo que el senador con licencia optó por el chantaje y al no ceder el partido, se retiró a Movimiento Ciudadano.
La campaña de Várguez comenzó medianamente bien, ya que se llevó consigo a algunos electores molestos con la dirección local de Morena, pero con el paso de los días y ante la falta de propuestas reales, los mismos abandonaron al ex delegado.
Tras el proceso interno y ya arrancadas las campañas, Mara Lezama ha demostrado no solo ser la mejor opción de Morena sino de la entidad, hechos que se reflejan en las encuestas que la colocan con 54% de las preferencias, mientras que su rival más cercana, Laura Fernández del PAN-PRD apenas tiene un 19.2% y Pech Várguez se queda en tercero con 15.92 por ciento de la intención del voto.
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