En un polémico fallo que ha generado indignación entre colectivos de víctimas y observadores, el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, fue absuelto de las acusaciones de desaparición forzada. La resolución, emitida en una audiencia celebrada el pasado 14 de noviembre, desestimó el proceso penal en su contra en un tiempo récord de menos de 129 minutos.
El juez Oscar Hernández Carmona, encargado del caso, decidió anular el juicio argumentando que el testimonio principal, proporcionado por el exsecretario de Seguridad Arturo Bermúdez, fue obtenido bajo presunta tortura.
Esta resolución, tomada a puerta cerrada, impidió el acceso tanto a los familiares de las víctimas como a la prensa, lo que dejó a muchos cuestionando la transparencia del proceso judicial.
Un Caso Rápido y Cuestionado
La audiencia comenzó con el propósito de analizar la validez de una prueba presentada por la Fiscalía General del Estado (FGE). Sin embargo, en un giro inesperado, el juez determinó que el caso debía concluirse debido a la supuesta falta de validez de las pruebas.
A pesar de los esfuerzos de la defensa de las víctimas y de los fiscales, quienes solicitaron un aplazamiento de 24 horas para permitir la presencia de los familiares de David Lara Cruz, desaparecido en 2014 durante el gobierno de Duarte, el juez rechazó la petición.
“Esta audiencia no era para esto, era para debatir la nulidad de una prueba“, argumentaron los fiscales en un intento por detener la absolución. Sin embargo, Hernández Carmona procedió con la anulación del juicio.
La Defensa de Duarte y el Testimonio Clave
El testimonio de Arturo Bermúdez, que incriminaba directamente al exgobernador, fue central en el caso. La defensa de Duarte argumentó que dicho testimonio fue obtenido mediante coacción, citando una entrevista en la que Bermúdez aseguró haber sido presionado por la fiscalía. Aunque la FGE presentó pruebas periciales que descartaban la existencia de tortura, estas fueron ignoradas por el juez.
La abogada de las víctimas hizo un llamado al juez para priorizar los derechos de las familias afectadas, pero sus argumentos no alteraron el curso de la audiencia. Finalmente, el juez determinó que el testimonio era inadmisible y procedió a cancelar el proceso en cuestión de minutos.
Indignación por la Decisión Judicial
La celeridad con la que se resolvió el caso ha levantado cuestionamientos sobre la imparcialidad del Poder Judicial en Veracruz. Las víctimas han señalado que esta resolución deja en el desamparo a quienes buscan justicia por los casos de desaparición forzada ocurridos durante el gobierno de Duarte.
Aunque el exgobernador permanecerá en prisión por otras sentencias, la absolución por desaparición forzada marca un revés significativo para las familias que buscan justicia en Veracruz.
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