Los líderes de la OTAN comenzaron este miércoles su cumbre de dos días en Madrid en la que esperan adoptar decisiones fundamentales para “transformar” la Alianza y prepararla para una Rusia más amenazante y retos como las nuevas tecnologías disruptivas o la pujanza militar de China.
“Tomaremos importantes decisiones para reforzar a la OTAN en un mundo más peligroso y competitivo, donde regímenes autoritarios como Rusia y China desafían abiertamente el orden internacional basado en normas”, indicó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en su intervención al inicio del Consejo del Atlántico Norte.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, como anfitrión de la reunión, dio la bienvenida a los 30 líderes aliados y aseguró que van a “estar a la altura de las expectativas depositadas en esta cumbre”.
Las peores intervenciones de la OTAN
Luego de su creación el 4 de abril de 1949, la OTAN ha tenido intervenciones militares y promovido invasiones alrededor de todo el mundo, con el motivo de impulsar cambios de Gobiernos y acciones desestabilizadoras.
Una de las intervenciones más recordada históricamente fue la de los Balcanes (1992), que llevó a la disolución de la antigua Yugoslavia, la cual estuvo plagada de civiles asesinados y desestabilización política y económica del país.
Kosovo (1999)
El 24 de marzo de 1999, la OTAN lanzó la “Operación Allied Force” contra la Yugoslavia del presidente Slobodan Milosevic, en dicha intervención participaron unos 600 aviones de trece países, con bombardeos diarios en Kosovo, Serbia y Montenegro. El 10 de junio de 1999, las fuerzas serbias empezaron a retirarse de Kosovo, que pasó poco después bajo administración de la ONU. Más de 1.500 civiles fueron asesinados.
Afganistán (2001)
Con la supuesta intención de capturar a Osama Bin Laden luego del ataque al World Trade Center de Nueva York, el 11 de septiembre del 2001, sin embargo, la realidad de esta intervención fue garantizar el abastecimiento energético para Estados Unidos.
La invasión militar finalizada en diciembre de 2014, dejó más de 31,000 civiles muertos. No obstante, las tropas estadounidenses se mantuvieron así como los ataques aéreos, bajo la excusa de eliminar el terrorismo. En la actualidad, la guerra se sigue intensificando entre el Gobierno, apoyado por EE.UU. y la OTAN, y los talibanes.
Irak (2003)
Durante marzo de 2003, EE.UU, Gran Bretaña y España planeaban proponer una resolución de la ONU para comenzar una guerra en Irak, pues estaba siendo acusado de poseer armas de destrucción masiva. El objetivo de esta “misión” era tomar el control en zonas petroleras y asegurar el abastecimiento energético de EE.UU.
Estados Unidos decidió actuar sin mandato de la ONU y abrió las hostilidades el 20 de marzo con bombardeos sobre Bagdad antes de la entrada de fuerzas terrestres estaounidenses y británicas en el sur del país. El 16 de octubre de 2003, la ONU adoptó la resolución 1511 que “autoriza una fuerza multinacional” preservando el control casi absoluto de Estados Unidos en Irak. Los últimos soldados estadounidenses se retiraron del país en diciembre de 2011.
Libia (2011)
El 17 de marzo de 2011, el Consejo de Seguridad de la ONU iniciaron una votación la cual dio como resolución que autorizaba a los Estados miembros a “tomar todas las medidas necesarias” para “proteger” a los civiles, excusa que fue usada para justificar la invasión al país africano. El 19 de marzo, Francia y Gran Bretaña, junto a fuerzas de 18 países, iniciaron la invasión al territorio libio. En junio, Rusia y China acusaron a la OTAN de interpretar “arbitrariamente” la resolución de la ONU, ya que la operación no se limitó a proteger a civiles, sino que se proponía el derrocamiento del Gobierno de Muamar el Gadafi.
Solo entre el 19 de marzo y el 31 de octubre de 2011, la intervención militar dejó 72 civiles muertos. A esa cifra se sumarían los fallecidos en los siguientes bombardeos, que dejaron en ruinas al país.
Miles marchan en España contra la OTAN previo a cumbre clave en Madrid
Miles de personas se manifestaron el domingo en el centro de Madrid para exigir la disolución de la OTAN y reclamar la paz, a dos días de la apertura de la cumbre de la Alianza Atlántica en la capital española, del 28 al 30 de junio.
Ningún ministro o representante destacado de la izquierda radical, miembro de la coalición gubernamental, tomó parte en la marcha, salvo el comunista Enrique Santiago, secretario de Estado para la Agenda 2030, encargado de la puesta en marcha de los objetivos de desarrollo sostenible.
Según los organizadores, 30 mil personas acudieron al acto, mientras que la delegación del Gobierno cifró la participación en 2 mil 200 personas.
Entre los eslóganes los manifestantes repetían “¡No a la guerra, no a la OTAN!”, mientras varios helicópteros sobrevolaban el desfile por una de las principales avenidas de la capital.
En los carteles se podía leer: “Haced la paz, no la guerra”, “Gastos militares para escuelas y hospitales”, mientras otros clamaban “Vuestras guerras no las pagamos”.
David Llorente, de 45 años y que trabaja en una asociación, protesta contra “la OTAN, que se creó durante la guerra, al servicio del imperialismo estadunidense, y se mantuvo sin ningún aporte a la paz”.
Para este militante anticapitalista, la Alianza Atlántica hace la “promoción de la guerra, del comercio de armas” y “la política exterior de España aumenta los gastos militares en lugar de aumentar los gastos sociales y sanitarios”.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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