Todo se vuelve blanco o negro
No hay más gris en la pintura
Augurio horrendo cimbra mis nervios
Ruge el corazón ataviado por justicia
Una armadura liliácea y púrpura, como sangre en la tierra
Un resueno desesperante del suelo, tierra de la que soy por su alimento
Vibra hasta sacudirlo todo, como para que acabemos de despertar
Y el volcán ahúma y llena al cielo de ceniza, como llamando a despertar
Mientras, el augurio del horror sigue creciendo en el norte
¿Será tiempo de fusiles y de sangre?
Ya no hay grises, solo negro o blanco
Somos esta tierra y este lodo con fragancia a vida
¿Y cuánto más habrá que soportar los truenos y las mentiras espetadas desde la bífida lengua del reptil que se arrastra cubierto de barras y de estrellas, hacedor de muerte y de injusticia, constructo de Mammon y siervo suyo?
Las amenazas de Donald J. Trump, Presidente de los Estados Unidos de América ya no pueden tomarse a la ligera; las expulsiones masivas ya iniciaron, los aranceles pronto verán la luz y sus consecuencias en la economía estadounidense pronto se notarán, igual que en la economía mexicana.
En actitud digna, Colombia bloquea el paso y descenso de los aviones provenientes de la orden de Trump para deportar a todos los extranjeros y como consecuencia, el gobernante del imperio de los dólares, ordena un 25% de aranceles a todos los productos colombianos.
Para que “no sean necesarios más héroes ni más milagros” se hace imperativa una pronta respuesta al unísono de todos los amenazados y del mundo verdaderamente libre, contra los discursos y órdenes ejecutivas del Jefe de la Casa Blanca. Se precisa una enérgica voz de ¡alto! desde cada rincón del mundo, aludido o no aludido. Ojalá que el llamado a esa voz salga de Claudia Sheinbaum Pardo.
Hace algunas semanas advertí y comenté con algunos compañeros que, esta vez el discurso trumpista podría convertirse en realidad y todo apunta a que así está ocurriendo. Ha dispuesto tropas a lo largo de la frontera con México mientras en los estados fronterizos del sur de la República y de la costa sur del Pacífico Mexicano, la violencia empieza a crecer sin control y sin que se pueda ver su objetivo ni su origen.
Sabemos que la derecha está aliada al vecino del norte y sospechamos que está ligada a los cárteles y bandas de generadores de violencia y es por eso que personajes tan despreciados como Ricardo Anaya Cortés, Lilly Téllez, Mario Vázquez, Enrique Vargas del Villar, Marko Cortés Mendoza y otros están de plácemes con la victoria del fascista Trump en Estados Unidos y esperan con alegría una posible intervención militar ordenada desde Washington, so pretexto de la reciente declaración de los cárteles como terroristas por parte del gobierno de aquel país. Así ellos son candidatos a estar detrás de estos cárteles y de su financiamiento.
Muchos detenidos han declarado que “alguien” les pagó para provocar algún incendio, quemar algún coche o poner ponchallantas en las calles de alguna ciudad, amén de asesinar cobardemente a comensales de pequeñas taquerías, a jóvenes que se divertían en algún antro, a algún periodista incómodo y poseedor de información delicada o a algún policía de alto rango que no quiere sometérseles.
Así, la prensa tradicional presenta la situación como de violencia generalizada, cuando esto ocurre nada más en su narrativa, en tanto que en las entidades y ciudades a las que aluden, la gente sigue viviendo y realizando sus actividades con normalidad. La consecuencia inmediata de su narrativa es el miedo de la gente. Así que, a los medios tradicionales, si habría que tildarlos de terroristas, igual que al gobierno del vecino del norte.
La unidad nacional que afirmaron y firmaron los gobernadores de todas las entidades federativas en la CONAGO, debería ser una actitud firme e ilimitada de todos los actores y partidos políticos de manera abierta y contundente, lo contrario los pone bajo sospecha. Así las cosas.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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