“…Son tres cosas, acuérdense bien, tres cosas: el conservador es hipócrita, esa es su doctrina, la hipocresía. Número uno. Número dos, el conservador es muy corrupto, su dios es el dinero, es muy deshonesto. Y, tres, es muy autoritario, facho. Esto para los jóvenes. Sé que es muy esquemático lo que estoy diciendo, pero para que se vaya entendiendo…”.
Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Conferencia matutina. 9 de agosto de 2024. https://youtu.be/2GNmoUsYLiM
La derecha en nuestro país ha quedado plenamente identificada a lo largo de estos años de gobierno de la Cuarta Transformación. La población ya tenía claridad de quiénes son los partidos conservadores, sus representantes más visibles, tanto quienes están vigentes como aquellos que lo estuvieron en el pasado. Por si tenía alguna duda la mayoría de la gente ha confirmado quienes son esas fuerzas políticas y sus principales personajes.
Hemos visto las acciones de los poderes fácticos como los medios de desinformación y sus portavoces; a organizaciones llamadas de la “sociedad civil”, a sus operadores y hasta conocido de sus fuentes de financiamiento. En este segmento los conservadores no todos eran visibles pues había quienes promovían una autoimagen de “izquierdistas”, de críticos “acérrimos” al poder o de ser simpatizantes e incluso de estar en favor de los intereses de la población.
Asimismo, a otras fuerzas al servicio del anterior poder político mismas que ahora mantienen sus vínculos con ciertas esferas políticas y sobre todo con representantes de poderes económicos, tanto nacionales como extranjeros, tal es el caso de la mayoría de los ministros de la Suprema Corte y un sin número de magistrados y jueces quienes toman trascendentales decisiones dándole la espalda al pueblo y procurando favorecer aquellos intereses.
Aun y cuando resultan muy diversos los orígenes y ámbitos en los que actúan los miembros de la derecha, sus intereses han quedado nítidamente claros en estos tiempos de transformación. Y es que los años de gobierno Obradorista no han dejado espacio a posturas intermedias. Ni tampoco ha habido posibilidad de que la mayoría de la ciudadanía se mantenga al margen de adoptar una postura abierta, si es que antes no la tenía, favorable a los inicios del cambio de régimen cuyo sello predominante está en la política social de beneficio colectivo.
Si de algo podemos estar seguros es de las características mediante las cuales la derecha o los conservadores se identifican entre sí, tanto en México como a nivel internacional. Es como si fuera su “código”, su “chip”, su “tarjeta de presentación”. Tienen otros “atributos” pero a riesgo de ser esquemáticos, como lo afirmó López Obrador, tres son sus “cualidades”: la hipocresía, la corrupción y el autoritarismo.
Podemos aplicar un rasero, de nuevo con el riesgo de ser simplistas, y comprobaremos que esas tres características son aplicables tanto a casos de figuras individuales como a comportamientos grupales expresadas abiertamente, porque además lo hacen sin ningún pudor, en cualquier espacio disponible.
Por ejemplo, la concentración del domingo 11 de agosto a la que llamaron los líderes de la llamada “marea rosa” para hacer “presión”, frente a las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE), en relación con el supuesto robo y/o agandalle de Morena y sus aliados de la coalición Sigamos Haciendo Historia de “millones de votos” y por ende de curules para lograr la ya mítica “sobrerrepresentación”, cuya existencia solamente existe en el discurso reaccionario.
Hagamos un ejercicio para encontrar en este evento y en las palabras de sus dirigentes las tres “cualidades” antes mencionadas. Primero el objetivo de la reunión, la cual por cierto apenas contó con alrededor de 400 asistentes, fue exigir a los consejeros del INE “aplicar de manera correcta el principio de representación proporcional, en la asignación de diputados plurinominales, que se hará el próximo 23 de agosto”.
Salta a la vista la hipocresía derechista. Resulta que los mismos términos constitucionales y de la legislación electoral hoy vigentes y otrora aceptados y aplicados por PAN, PRI y sus aliados de entonces del partido verde, ahora pretendan que las autoridades electorales los “revisen” o los “reinterpreten” a partir de una “realidad distinta”. Resulta que esa realidad distinta efectivamente hoy no les favorece, pero son tan hipócritas que lejos de aceptarlo lo desvirtúan presentándolo como un “robo”.
La corrupción enarbolada sin pudor alguno. Bajo el manto de la supuesta “sociedad civil” Claudio X. González canaliza millonarios recursos con el propósito de incentivar estrategias destinadas a sembrar entre la población desconfianza y descrédito contra el gobierno y el partido mayoritario. Aunque publicaciones como Contralínea han evidenciado montos y orígenes de las fuentes de financiamiento hasta ahora ese personaje, cabeza visible de la derecha en México, se ha negado a dar información y sigue haciéndose pasar como “destacado hombre de negocios” cuyas acciones van en contra de un gobierno legal y legítimo.
Actores del autoritarismo del que acusan. Al oponerse a la voluntad popular, expresada en los resultados del pasado 2 de junio, los promotores de estas “movilizaciones” no hacen más que demostrar el autoritarismo que tan bien los caracteriza. En su narrativa de evitar que “Morena y sus aliados obtengan la mayoría calificada en el Congreso de la Unión” están demostrando menosprecio por el respaldo al Plan C, patentizado en las urnas. Pero su autoritarismo va más allá al intentar que las reformas constitucionales, cuyos beneficiarios serán diferentes sectores de la población en todo el país, no sean aprobadas.
El aprendizaje obtenido a través de la revolución de las conciencias permite al pueblo mexicano estar pendiente de los intentos de manipulación cotidiana de la realidad practicada por la derecha. Las características de la reacción son cada vez más evidentes por lo mismo su poder de convocatoria es cada vez menor. Narrativas y discursos están desgastados, su efectividad sigue lejos de poner en cuestión el cambio de régimen.
Esquemática o no resulta útil aplicar a personajes y a las organizaciones que representan las tres características mencionadas por el presidente en La Mañanera del 9 de agosto. Ante la duda podemos llegar a la certeza de quienes pretenden hacerse pasar por defensores de la justicia y los derechos humanos que son simplemente hipócritas, corruptos y fachos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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