“Grande y dorado, amigos, es el odio”, dice el poeta Eduardo Lizalde, aunque a veces el color del odio no es precisamente el del oro, y nubla la mente… y a veces la ciega. Es el caso del escritor Héctor Aguilar Camín, pues el director y dueño de la revista Nexos se disputa con Denisse Dresser el premio al mayor odiador de la Cuarta Transformación de la vida pública de México y principalmente del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cuando Héctor Aguilar Camín se reúne con Leo Zuckermann y Jorge Castañeda en una cosa que se llama ForoTV para lanzar sus dardos de plástico en contra del gobierno, hasta Javier Tello, el bisnieto de Porfirio Díaz, parece un sensato hombre de izquierda. Solo parece, porque luego se acuerda de sus raíces y se lanza también con todo.
El rencor y la inquina afectan tanto la visión de las personas que estas se sienten extremadamente cultas, conocedoras, eruditas. Así, Oligarcamín (según Hernán Gómez Bruera) o Aguilar Concamín (según el entrañable y extrañado Helguera) habla de todos los temas, lo sabe todo y en todo está contra el presidente, a quien ha llegado incluso a llamar “pendejo y petulante”.
Héctor, desde hace años asegurabas que AMLO se desfondaría tarde o temprano. ¿Por qué no ha caído aún la popularidad del segundo presidente con mayor aprobación en el mundo?
El presidente ha hecho que el país esté jodido y empobrecido para poderlo gobernar. Esa ha sido su estrategia. Él tiene muchas clientelas a las que les suelta dinerito. Pero el de AMLO ya no fue el gobierno de la transformación, salvo que llamemos transformación a la destrucción. Va a ser muy difícil que en dos años el país cambie, ya cumplió su ciclo y su cosecha va a ser bastante pobre.
Llamas “clientela” a sus simpatizantes; así desprecias a las personas. ¿Qué pasará con la 4T cuando termine este sexenio?
Este gobierno se acerca al final con muy malos resultados. Continuar por esta línea parece una oferta temeraria, desmesurada. Sin embargo, ahí está la aprobación…
¿Qué opinión tienes de la oposición?
La oposición va caminando, como tortuga, pero va caminando, y las liebres de Morena van rápido pero no con solidez. Aunque no parece haber candidatos para contrarrestar a Morena, la tortuguita le ganó mucho terreno en el 2021: se comió la mitad de la Ciudad de México.
Pero sus alcaldes están en la lona.
¿Según quién? Lo que pasa es que han recibido muchos ataques por parte del gobierno de la Ciudad de México y de Morena.
El verdadero problema es la violencia que se vive en México y que, sumada a la pandemia, deja en estos años un saldo de más de un millón de muertos, más que en la revolución.
Pero la violencia proviene de la guerra que se inventó Calderón. Y la pandemia se pudo controlar a pesar de las pésimas condiciones de la infraestructura hospitalaria y la carencia de personal médico heredadas.
Pero a qué costo.
Bueno, tú y yo estamos vivos.
No gracias a Gatell.
Menos a ti, pues dijiste que la vacuna rusa, la Sputnik V, no servía para los mexicanos; eso fue grave, pues generó desinformación; te sumaste a Peniley Ramírez que aseguró que la vacuna Cansino solo tenía un 5 por ciento de eficacia. ¡Y su tuit sigue ahí!
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Aguilar Camín, experto en aeropuertos, afirma que ahora que se sabe que la terminal 2 del Benito Juárez está dañada se hace más grave la osadía de cancelar el de Texcoco, pero no critica a Fox. El también especialista en macroeconomía, sabe que es más importante conservar el TMEC que la dichosa soberanía energética de México; al Aguilar Camín especialista en salud le preocupa salud del presidente, pero a él se le ve muy val, parece que la 4T le hace mucho daño; el supercolumnista dice estar dejando en la prensa un diario público para disfrute de futuras generaciones; el especialista en educación ve que el conflicto del CIDE es absurdo e inexplicable y muestra su solidaridad con esa pequeña comunidad abofeteada. Y así…
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Más odioso que el Güerito Castañeda, más virulento que Vargas Llosa, puede escribir la columna más aborrecedora en un instante. Es Héctor Aguilar Camín, el intelectual superorgánico, siempre presente en los debates de Latinus y Televisa, siempre beneficiado del erario cultural de este país, hasta que se le acabó su Hora de opinar…
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Con todo respeto, ¿no estarás enojado porque el gobierno de AMLO ya no te compra el descabellado número de suscripciones de Nexos ni mucho menos te da los jugosos contratos que habías tenido desde la época de Carlos Salinas de Gortari? Es decir, se acabaron tus privilegios con los gobiernos del PRIAN que suman cientos de millones de pesos, o los contratos con el exgobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, hoy en la cárcel, y con Miguel Ángel Mancera, exjefe de Gobierno de la CDMX.
El equipo que encabezo ha sido muy trabajador y todos estos años hemos buscado lo mejor para la cultura en México.
¿Le concedes algo positivo a López Obrador?
Claro que no. Su idea de democracia es similar a la de Gustavo Díaz Ordaz: si la autoridad cede, se debilita, pero ceder es parte de la inteligencia. A ver qué pasa ahora que circula la versión de que el secretario de la Defensa, Crescencio Sandoval, dio un manotazo sobre la mesa en una junta del gabinete y advirtió: “Si siguen manchando a la institución, saco a los soldados de las calles y a ver qué hacen”.
Este es el momento de mayor descontrol del Presidente sobre su gobierno que hayamos visto. Un gobierno con una visión totalmente acrítica, con muchas exageraciones y cosas que no corresponden con la realidad. Según un amigo, a AMLO empieza a sucederle lo que al aprendiz de brujo que, a fuerza de activar muchas cosas, acaba dándoles vida propia y perdiendo su dominio sobre ellas.
¿Algo qué agregar?
Yo veo a los empresarios como gente muy seria, pero el gobierno los está sobornando con la compra de billetes de lotería o con el famoso pacto contra la inflación. Una prueba más de que López Obrador inhibe y oprime.
Hay que reconciliar. La polarización en la que estamos no puede sostenerse, hay demasiados agravios, actores excluidos, demasiadas estigmatizaciones.
[Óiganlo bien, pues lo dice el clasista y odiador que le llama “pendejo” al presidente].
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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