Tengo 53 años y desde que tengo memoria, el día 1º de Septiembre era una fecha muy importante porque, más que ser un día festivo, todo México se paralizaba y nadie trabajaba por ser el Día del Presidente. Los medios de comunicación se sincronizaban y en todas las estaciones de radio y los canales de televisión no se hablaba de otra cosa.
Las calles se adornaban con los colores patrios desde ese día y duraban todo el mes y el Presidente en turno salía de la Residencia Oficial de Los Pinos en un coche descapotable, resguardado por camiones con soldados, con un séquito de guaruras corriendo y rodeando el automóvil que iba a una velocidad baja, el Primer Mandatario iba muy trajeado y saludaba a la gente que lo vitoreaba por las calles.
Una lluvia de confeti y papelitos de los colores verde, blanco y rojo. lo acompañaban todo el camino. (He de confesar que me imaginaba yo a una persona que iba junto al camarógrafo con una bolsa de papelitos, soltándolos para dar sensación de multitud y lograr el efecto del confeti interminable). Muchas de las personas que estaban en las calles haciendo valla eran miembros de los gremios y sindicatos, otros eran burócratas que ese día tenían que presentarse a “pasar lista” en alguna calle que les indicaban para “ir a apoyar” todo el camino desde Los Pinos hasta el Congreso de la Unión.
También había algunos curiosos que pasaban por las calles y se topaban con la caravana presidencial y veían al gobernante pasar y le devolvían el saludo. Quizá ese trayecto era el contacto más cercano que podía tener un ciudadano común, un sindicalista, un obrero o un burócrata con el Presidente, quizá eran populares pero jamás cercanos a la gente, solo por un instante se cruzaban las miradas, el día del Informe era más bien el día que la gente le rendía culto al representante del Poder Ejecutivo, había muchas personalidades relacionadas con la política que estaban cerca del recinto, casi casi como un moderno besamanos. En el Recinto Legislativo, todas las curules estaban ocupadas por los miembros del “Honorable Congreso de la Unión” y la multitud de reporteros y fotógrafos buscando obtener la mejor nota periodística.
Cuando yo era niña el Presidente era Luis Echeverría Álvarez y en cuestión de economía no era tan malo el panorama, al menos en la casa jamás nos faltó nada de comer. Como dato curioso, en 1974 convocaron a unas tres mil personas para que el Presidente pudiera saludarlos de mano justo el Día del Informe y sí lo hizo, al grado que se estableció un récord.
También en 1982, me tocó estar viendo en la televisión a don José López Portillo y Rojas llorar jurando a todos los mexicanos “que defendería al peso como un perro “ y levantar la voz jurando que “no nos volverían a saquear”. Mientras nuestra moneda se devaluaba de forma estrepitosa y para rematar la sorpresa de dos decretos: en el primero se nacionalizó la Banca y en el segundo se establecieron las reglas para que se controlará el tipo de cambio en las divisas. Este último Informe ha sido de los más ovacionados en la historia: cuarenta veces fue interrumpido con aplausos.
Después vendría el sexenio del Lic. Miguel de la Madrid Hurtado y aquellos años ya fueron tiempos muy pero muy difíciles, ya en los Informes de Gobierno empezaron los congresistas a interrumpir y a hacer reclamos, De la Madrid, además de las crisis económicas enfrentó sin estar preparado dos grandes tragedias: en 1984 la explosión de la gasera en San Juan Ixhuatepec y en 1985 los devastadores terremotos del 19 y 20 de Septiembre.
A esto sumamos la sombra electoral del polémico triunfo de Carlos Salinas de Gortari del PRI con el popular candidato de Izquierda Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, en Julio de 1988 por lo que en Septiembre, el último Informe del Presidente fue interrumpido al menos doce veces con una gritería de “¡Fraude, fraude, fraude! Y el reclamo por aquella polémica caída del sistema, aunque regañaron a los legisladores argumentando que se tenían que respetar a la investidura presidencial.
Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León no hubo cambios sustanciales en el formato de los Informes Presidenciales, si bien ya no todo eran aplausos ni vítores, los legisladores que ya no eran precisamente miembros del Partido Oficial PRI, como le ocurrió a Ernesto Zedillo quien tuvo un Congreso mixto ante quienes tuvo que dar cuenta de sus decisiones en la administración pública.
Con Vicente Fox vinieron los cambios sustanciales, porque este mandatario representó la esperanza del cambio de régimen y resultó un auténtico fiasco para la mayoría de los ciudadanos mexicanos, la excepción fueron “Los amigos de Fox” quienes se beneficiaron y enriquecieron a manos llenas. Con Vicente Fox se realizó un tremendo fraude electoral que le robó la Presidencia a López Obrador y le generó mayor repudio, lo peor es que él mismo ha reconocido que “hizo todo lo posible para evitar que Andrés Manuel llegara a la Presidencia, anteponiendo su decisión a la voluntad popular. Vicente Fox fue el último presidente que rindió un Informe en el Palacio de San Lázaro. En 2006 muchos legisladores impidieron que Vicente Fox acudiera a entregar su último Informe, el repudio a él no era sólo del Pueblo, también lo manifestaron los congresistas.
A Fox le tocaron muchas protestas callejeras y podía hacer sus actos políticos con un número considerable de soldados y policías, esto se incrementó a partir de su cuarto Informe de Gobierno.
Para Felipe Calderón Hinojosa, quien nunca ha podido quitarse la mancha del Fraude Electoral y ante su Toma de Protesta de menos de cinco minutos, con enfrentamientos en la sede legislativa, gritos, empujones, marchas en las calles y el haber entrado al Congreso de la Unión literalmente escondido en un auto y entrar por una puerta tras Banderas nunca pudo tener su “Día del Presidente” por lo que cambiaron las reglas y estaba obligado a entregar el Informe por escrito y dar un mensaje televisado a la Nación.
Con el cambio de protocolo y para evitar sucesos desafortunados, se evitó que los presidentes panistas tuvieran su besamanos. Felipe Calderón decidió dar sus informes desde el patio de Palacio Nacional y con sus invitados seleccionados para evitar que lo increparan o interrumpieran. ¿Pues no que la gente lo quería mucho?
Los Informes de Enrique Peña Nieto, quien al igual que su antecesor, tuvo la sombra del fraude electoral y que según recuerdo, eran más sus apariciones en spots televisivos y radiofónicos en los que se presentaba una realidad ficticia y guiones muy elaborados con la participación aparente de personas comunes que en actos públicos y en mi opinión pretendían aparentar el haber cumplido esas supuestas promesas de campaña firmadas ante Notario. ¿Alguien puede decirme cuáles se cumplieron?
Y ahora que tenemos finalmente a López Obrador en la Silla Presidencial, los Informes de Gobierno los siento más auténticos y lo que ahí se dice lo puedo ver de manera tangible, diariamente en #LaMañanera se informan las acciones del Mandatario y se rinden cuentas del manejo del presupuesto y las acciones a seguir. Para mí, aunque la “Oposición” insista día a día con sus voceros pagados, a intentar tergiversar la realidad puedo decir que, pese a todas las crisis económicas que he vivido a lo largo de mi vida, de haber padecido el desempleo y a veces casi de emigrar de mi Patria ante la falta de oportunidades, hoy por primera vez estoy viviendo con más esperanza y tranquilidad, aunque sé bien que queda mucho por hacer, estoy siendo testigo de un Presidente que GOBIERNA CON HECHOS y no con simples palabras.
Ahora sí percibo en carne propia, los beneficios de la Cuarta Transformación en mi vida cotidiana.
¡Es un honor estar con Obrador!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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