El Ing. Heberto Castillo Martínez partió el 5 de abril de 1997, ya no alcanzó a ser testigo directo del primer gran triunfo electoral de la izquierda en ese mismo año, cuando Cuauhtémoc Cárdenas encabezó un gran movimiento cívico que derrocó al PRI -en la primera elección para jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal-. Tampoco Heberto imaginó quizá que la utopía de llevar al pueblo al poder nacional se lograría varios años, décadas, más tarde, en 2018, y que se ese gobierno emanado de la gente lograría cambios concretos a favor de la soberanía energética, por los que luchó en vida y obra el Ingeniero.
Lo real es que Heberto es un indudable precursor de las victorias democráticas del movimiento transformador que hoy gobierna México. Sin su declinación en 1988 a la candidatura presidencial por el Partido Mexicano Socialista para apoyar la emergente Corriente Democrática del Ing. Cárdenas quizá nunca se hubiera logrado o hubiera tardado para otras épocas la unificación de las corrientes del nacionalismo revolucionario que rompió con el PRI y de las diferentes izquierdas que aglutinó el PMS. Heberto es una raíz viva, una raíz siempre crítica y autocrítica de lo que somos; siempre es y será preciso revisitarlo y recordarlo, con más razón a la luz de los acontecimientos de cambio que hoy cimbran los intereses de los vulgares entreguistas -que en su momento también fueron adversarios políticos e ideológicos de Heberto-.
La izquierda electoral del pragmatismo ramplón -que terminó sumándose al PRIAN y algunos intelectuales orgánicos dizque progresistas- han querido desmarcar a Heberto de la 4aT, en el colmo del cinismo ese sector de la cúpula del PRD que fue el que traicionó los ideales que le dieron origen al partido que nació el 6 de julio de 1988 quisieran llevarse las banderas que sus propios hechos les arrebatan. La realidad es que el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobierno que dirige han tenido presente en todos los actos el legado de Heberto Castillo, en su lucha por la soberanía energética y la defensa de los bienes que son propiedad de la Nación.
El 4 de abril -en otra jugada maestra que le da la vuelta a las intrigas golpistas de la oposición- después de la negativa en 2022 de los propios conservadores y sobre todo del PRI para dar reversa a la reforma privatizadora de Enrique Peña Nieto en materia de electricidad-, se ha anunciado por AMLO que el Gobierno de México firmó un convenio para comprar a la mayor productora privada de energía del país, la española Iberdrola, un total de 13 plantas de generación de energía eléctrica con un volumen total de 8,539 megawatts. Con elloIberdrola pierde 77% de sus activos en el país, que se recuperan para el interés nacional, luego de las traiciones a la Patria del “Pacto por México”.
“Hoy el Gobierno de México firmó un convenio para comprar a Iberdrola 13 plantas de generación de energía eléctrica que formarán parte del patrimonio público y serán operadas por la CFE. Es una nueva nacionalización“, ha expresado el presidente López Obrador.
Hace tres décadas, a esos mismos neoliberales entreguistas que hoy forman parte del bloque opositor, golpista y conservador, el Ing. Heberto los caracterizaba así: “De la Madrid presidente y Carlos Salinas secretario de Programación y Presupuesto implementaron una política de entrega de las empresas de la nación a la iniciativa privada. Entiéndase, de entrega, no de venta. Por ello se hicieron las operaciones tan sucias como las que afloran en estos días. Carlos Salinas entró a la Presidencia a saco, a fuerza, porque tenía que terminar la obra emprendida en el sexenio de Miguel de la Madrid. La venta de las empresas de la nación se dio de la manera más sucia que imaginarse pueda el más pillo de los negociantes. Por ello las enormes fortunas que amasaron los hermanos Salinas, todos ellos, y sus amigos cercanos, a quienes habrá que investigar fiscalmente en vez de amenazar tan torpemente a los ciudadanos, como lo hace la Secretaría de Hacienda mediante sus estúpidos anuncios por la radio y la TV para inducirlos a pagar impuestos”.
Hoy por la voluntad e inteligencia popular soplan otros vientos, los privatizadores están contra las cuerdas; la memoria de Heberto se honra en la vía de los hechos, se recuperan para la Nación 13 plantas generadoras de energía eléctrica, y en materia petrolera desde 2021 Refinería Deer Park en Houston, Texas es propiedad de México (como también arengaba Heberto ¡Pemex Sí, PEUSA no!); significan hechos que superan las trabas legaloides y las trampas políticas de la derecha, para que nuestro país aproveche los recursos naturales a favor de lograr la soberanía energética. ¡Heberto vive, la lucha sigue!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios