Hace unas semanas se paraba desafiante ante Palacio Nacional, gritando el nombre de Andrés Manuel López Obrador y Jesús Ramírez Cuevas, exigiendo de manera inmediata su acceso a la mañanera para ejercer un inexistente derecho de réplica. ¿El objetivo? Ser catapultada en la plataforma de comunicación política más importante de todo México. Hoy, una Xóchitl Gálvez quejumbrosa desea detener al mismo hombre del cual buscaba tribuna.
El presidente López Obrador no desperdicia un sólo segundo para desnudar el fraude que representa no solo Xóchitl, sino el concepto irreal que se construye alrededor de ella; un tema preocupante para el frente opositor que lidera Claudio X. González, pues ya no hay tiempo para relanzar, ya no a una “corcholata” opositora, sino en el mejor de los casos, a una taparrosca.
Es insultante para la inteligencia de los mexicanos querer vender a Xóchitl Gálvez como un ejemplo de superación personal, pues no hay escenario tangible en México en dónde alguien previamente haya pasado de vender gelatinas a otorgarse contratos millonarios mientras está en el ejercicio del poder. Los contratos publicados por el presidente López Obrador donde Gálvez amasa una fortuna de más de mil 400 MDP son demoledores y polémicos: Otra odisea de pragmatismo por parte del tabasqueño, pues desmonta la narrativa del PRIAN de querer jugar a “los pobrecitos” para ganarse al pueblo.
Xóchitl podrá respirar un poco, pues ya el Instituto Nacional Electoral (INE) le puso un candadito a López Obrador para que no la aluda en la conferencia matutina, aunque conociendo al presidente, no creo que esa medida dure mucho. Al final de cuentas las gelatinas les salieron muy caras, y pronto la oposición habrá de pagarlas.
Por cierto…
En MORENA ya están haciendo cuentas, pues si al final Xóchitl Gálvez es la candidata del PRIAN, hay más posibilidades de ganar cómodamente las presidenciales con un hombre que con una mujer; afortunadamente esa ruleta rusa le toca a ellos.
¡Nos vemos el jueves!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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