Desde hace varios días, la derecha “moralmente derrotada”, como la llama AMLO, ha estrenado a nuevos líderes, entre ellos Ernesto Zedillo y Genaro García Luna, ex secretario de seguridad del espurio Felipe Calderón, y que desde su arraigo en Nueva York, ha presuntamente escrito una carta acusando a AMLO, sin evidencia, de tener nexos con el crimen.
El descaro de la derecha es tal, que personajes como el priista Roberto Madrazo, ya piden de manera descarada que el ex mano derecha de Calderón sea liberado, asegurando que “no hay pruebas para acusarlo” sino “solo dichos de narcotraficantes”.
Bajo la lógica de Madrazo, el ex secretario del apodado “comandante Borolas” no es un criminal preso por tráfico de drogas y falsedad de declaraciones, sino un inocente funcionario público señalado por narcotraficantes que buscan un acuerdo con las autoridades de la nación americana.
Las declaraciones de Madrazo de inmediato han sido replicadas, y mexicanos con memoria mencionan que cuando el priista gobernó Tabasco, la entidad era manejada por la delincuencia, hecho que ahora el ex gobernador convenientemente parece olvidar.
Otros hacen referencia a las situaciones de la vida, y es que Madrazo es señalado de haberle robado, mediante un fraude electoral, la gobernatura de Tabasco a un joven Andrés Manuel López Obrador, que lejos de desistir o negociar con la mafia del poder, terminó siendo Presidente de la República.
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