Francia Márquez, se convertirá en la primera afrodescendiente en ser vicepresidente en Colombia, por lo que estará en una de las posiciones más importantes del poder luego de varios años en el activismo.
Sus acciones e incidencia social y política y comunitaria se centran en la defensa del territorio, la Casa Grande, como espacio de vida, así como el reconocimiento de los pueblos étnicos y afrodescendientes de ese país.
“Soy parte de un proceso, de una historia de lucha y resistencia que empezó con mis ancestros traídos en condición de esclavitud. Soy parte de la lucha contra el racismo estructural, de los que luchan por seguir pariendo la libertad y justicia. De quiénes conservan la esperanza por un mejor vivir, de aquellas mujeres que usan el amor maternal para cuidar su territorio como espacio de vida, de quién alzan la voz para parar la destrucción de los ríos, de los bosques, de los páramos”
Es abogada de profesión, y una de las mujeres más influyentes del mundo, recorrió gran parte del territorio colombiano en una campaña, con el objetivo de dignificar la política y hacer visibles a “los nadie”, como se refería a las mujeres violentadas y las víctimas de la inseguridad en Colombia.
“Vengo del territorio de los nadies y de las nadies, vengo de los territorios olvidados en términos de inversión social, pero violentados por una política de muerte. Entonces no tendría sentido estar en el Pacto Histórico si no va a transformar esas realidades que sigue viviendo la gente”
En el año 2015, recibió el Premio Nacional a los defensa de los Derechos Humanos en Colombia, en la categoría Defensora del año por liderar “La marcha de los Turbantes” y, más tarde, en 2019, obtuvo el Premio Goldman Environmental Prize, en San Francisco California, Estados Unidos, que es equivalente al novel medio ambiental.
“Hemos avanzado en un paso muy importante; después de 214 años logramos un gobierno del pueblo, un gobierno popular, el gobierno de la gente de manos callosas, el gobierno de la gente de a pie, el gobierno de los nadies y las nadies de Colombia”
Márquez aglutina la lucha social, el feminismo, los pueblos históricamente marginados y los “nadie”, a los que evoca continuamente, las olvidadas víctimas del conflicto armado, y se ha convertido en una suerte de símbolo del “cambio”.
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