Ante el incremento brutal del precio de la energía y la reducción de las importaciones de gas ruso, varios países europeos como Alemania, Francia o Austria reabren sus centrales eléctricas con carbón.
A casi seis meses, la invasión de Ucrania por Rusia y la reducción de importaciones de gas ruso a Europa han desestabilizado el mercado de la energía.
Debido a esta situación países europeos han optado por algo que contradice sus compromisos ambientales: reabrir sus centrales con carbón para reemplazar los combustibles rusos. A pesar del compromiso europeo de eliminar esta fuente energética que contribuye fuertemente al efecto invernadero, varios países optaron por usarla de nuevo.
Según estimaciones de Bloomberg, la crisis energética en la Unión Europea, costará unos 200.000 millones de dólares en rescates, nacionalizaciones y préstamos respaldados por el Estado, entre otras medidas.
Igualmente la empresa financiera, detalló que la cifra podría elevarse más si Rusia decide cortar en forma total el suministro de gas a territorio europeo.
“Muy pocos políticos (en aueropa) parecen entender la magnitud de la crisis que se avecina y sus costos, con los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Alemania, Olaf Scholz, entre los únicos que parecen entenderlo por ahora. El resto, en muchos casos, sigue distraído con la política interna”, señala el medio.
Por lo tanto, a medida que los precios del gas y la electricidad continúen subiendo, más empresas europeas de servicios públicos y compañías energéticas minoristas tendrán dificultades.
Aunque sea temporal, la reapertura de las centrales con carbón, y el aumento de la producción mundial de este combustible altamente nefasto para el clima, muestra que la transición energética es una tendencia frágil
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