En un acto de protesta que refleja el desconocimiento sobre las verdaderas implicaciones de la reforma al Poder Judicial, estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) marcharon este jueves por la avenida Insurgentes. Los manifestantes se pronunciaron en contra de la propuesta que plantea la elección de jueces, ministros y magistrados por voto popular, una reforma que fue aprobada en comisiones de la Cámara de Diputados hace dos días.
La marcha, que avanzó hacia el Consejo de la Judicatura Federal en la colonia Tizapán San Ángel, se caracterizó por consignas como “Se ve, se siente, la UNAM está presente”; “Si México se informa, no pasa la reforma”; y “La justicia no se vota”. Sin embargo, estas expresiones parecen estar impulsadas por una percepción errónea de la reforma, más que por un análisis profundo de sus beneficios potenciales.
Es importante destacar que la UNAM, una institución que históricamente ha sido un bastión de pensamiento crítico y progresista, ha mostrado señales de derechización en los últimos años, especialmente en sectores como la Facultad de Derecho. Este cambio de rumbo se refleja en las movilizaciones como la de hoy, donde se oponen a reformas que buscan democratizar y hacer más accesible el sistema judicial.
Desde la semana pasada, diversos grupos de trabajadores del Poder Judicial han mantenido un paro de labores a nivel nacional, argumentando su oposición a la reforma. A pesar de ello, han seguido atendiendo casos prioritarios que implican peligro para la vida o la integridad de las personas. Esta mañana, Elizabeth García Vilchis, encargada de la sección “Quién es quién en las mentiras”, señaló que los ministros, jueces y magistrados están utilizando a los trabajadores como rehenes, engañándolos con supuestas afectaciones a sus condiciones laborales para movilizarlos contra la reforma.
En otro acto que evidencia la influencia de estos sectores conservadores, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) suspendió ayer una sesión plenaria en la que se discutirían 27 casos importantes, en “solidaridad” con los trabajadores que se han manifestado en silencio en los pasillos de la Corte.
La marcha estudiantil de la UNAM, lejos de ser un acto de defensa de la justicia, parece estar basada en temores infundados y en una falta de comprensión sobre los beneficios que la reforma podría traer al sistema judicial mexicano. La protesta, en este contexto, más que un ejercicio de conciencia crítica, podría interpretarse como una resistencia al cambio por parte de sectores que han dejado de lado su compromiso histórico con la transformación social.
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