Nos da mucho gusto conmemorar, aquí, en Paraíso, Tabasco, el cuarto aniversario del triunfo en la elección presidencial del 1º de julio de 2018.
Andrés Manuel López Obrador. Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Creo que estarán de acuerdo conmigo en que el viernes de la semana que acaba de concluir fue un día especial, único y que debemos mantenerlo en nuestra memoria colectiva. La coincidencia de tres momentos que ya forman parte del hoy y el mañana mexicano, a saber: la Inauguración de la 1ª. Etapa Constructiva de la Refinería Olmeca, como lo expresaba el prudente título del evento oficial, la conmemoración del Cuarto Año del Triunfo Democrático Histórico y la presentación del Informe de Avances del Gobierno Federal al cumplirse esa icónica efeméride.
No podemos o mejor dicho no debemos escatimarnos la abierta manifestación de felicidad y orgullo que estos acontecimientos ocurridos el pasado 1 de julio nos provocan. A través de las redes sociales y de los programas conducidos por periodistas y/o comentaristas alternativos a los medios corporativos, se mostraron infinidad de expresiones de alegría y confianza en la incansable labor que realiza el gobierno de López Obrador.
Para fortuna de millones de mexicanos estas satisfacciones van siendo cada vez más frecuentes. Sin duda hay ámbitos en los cuales los resultados aún se muestran limitados, o no responden a las expectativas de la población como la seguridad o la atención médica de calidad, por citar tan solo dos problemáticas que están siendo atendidas. Sin embargo, si revisamos detenidamente el informe presentado confirmaremos que el gobierno de la 4T trabaja con base en un programa que ya, desde 2005, presentó al país y no en “ocurrencias” como afirman tajantemente sus opositores.
Nuestro acontecer de hoy contrasta con la realidad que durante décadas de dominio neoliberal estuvo sustentada en la desesperanza, la desilusión y por ende en la apatía y la baja autoestima de quienes fueron ignorados por el modelo económico y político que sólo atendía a una minoría que disfrutó de todos los privilegios.
Varias generaciones crecimos con el síndrome de la crisis permanente que nos hacían creer era nacional y nos afectaba a “todos”. En contraste, la retórica de esos tiempos nos hacía pasar como si efectivamente fueran sociales los beneficios que exclusivamente disfrutaba la oligarquía, que monopolizó todo a partir de las famosas privatizaciones de casi todo bien público.
Por ello, no debemos permitir que la derecha con su narrativa que, si la analizamos con atención, solamente alardea de su ignorancia, de mentir cotidianamente, de distorsionar la realidad y de su odio y su rencor para con la mayoría de nosotros, nos haga dudar de que estamos del lado correcto de la historia.
No le permitamos a esa oposición moralmente derrotada que nos eche a perder la fiesta Obradorista. Confrontémosla con unidad, unidad y más unidad. Solamente unidos haremos posible la continuidad de un gobierno de la 4T más allá de AMLO. Sigamos haciendo historia con nuestra esperanza por delante.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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