Este 14 de julio, Estados Unidos inicia un nuevo arancel del 20.91% a la exportación de tomate fresco de México. Esta medida surge tras la cancelación del acuerdo de suspensión que regulaba el arancel desde 2019.

La decisión reaviva una larga disputa comercial y pone en riesgo uno de los productos agrícolas más importantes de México. Productores de estados como Sinaloa, Sonora, Jalisco y San Luis Potosí enfrentan mayores costos para vender su producto en el mercado estadounidense.
Organizaciones agrícolas advierten que esta situación podría reducir significativamente las exportaciones de tomate. Además, más de 100 mil empleos relacionados con el cultivo, empaque y distribución del tomate podrían estar en peligro.
Se estima que los consumidores en Estados Unidos verán un incremento en los precios. Esta alza afectará a cadenas de supermercados, restaurantes y a millones de familias.
La medida responde a acusaciones de dumping, es decir, la venta de tomate mexicano a precios por debajo del costo real. Las autoridades estadounidenses argumentan que esto perjudica a sus productores locales.
Aunque México tenía un acuerdo que suspendía estas tarifas, el gobierno de Donald Trump decidió reactivarlas como parte de su política comercial más dura.
México exporta más del 50% de su producción de tomate a Estados Unidos. Este cultivo representa un pilar del sector agroalimentario mexicano. Los productores buscan alternativas de negociación mientras las autoridades federales monitorean el impacto económico.
Este nuevo arancel se suma a otros temas en discusión, como los aranceles al acero, aluminio y la industria automotriz. La relación comercial entre México y Estados Unidos continúa en la mira.

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