El gobierno de Estados Unidos oficializó la clasificación de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, una decisión que entró en vigor este 20 de febrero tras su publicación en el Registro Federal. La orden ejecutiva fue firmada por el presidente Donald Trump un mes antes, marcando un cambio en la estrategia de seguridad de Washington frente al crimen organizado transnacional.
Esta medida se centra en grupos delictivos que el Departamento de Estado considera una amenaza para la seguridad nacional, la política exterior y los intereses económicos de Estados Unidos. Entre los cárteles designados se encuentran el Cártel de Sinaloa, conocido por su control del tráfico de drogas y violencia extrema, y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las organizaciones más violentas y en expansión en los últimos años.
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La lista también incluye al Cártel del Golfo, con una larga historia de actividades delictivas transnacionales, y a Cárteles Unidos, una alianza de grupos regionales que opera en zonas estratégicas de México. Otros grupos como la Nueva Familia Michoacana y el Cártel del Noreste también fueron mencionados, ambos asociados a actividades de narcotráfico y extorsión.
Además, se incluyó a la Mara Salvatrucha (MS-13) y al Tren de Aragua, organizaciones criminales conocidas por su violencia extrema y su presencia en múltiples países.
Con esta designación, las autoridades estadounidenses buscan ampliar sus herramientas legales para sancionar a estos grupos y a sus líderes. Las nuevas medidas incluyen la posibilidad de congelar activos, prohibir transacciones financieras y aumentar la cooperación internacional para desmantelar sus operaciones.
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