Estados Unidos distribuirá 1.600 millones de dólares para promover propaganda anti-China, con el objetivo de contrarrestar la influencia económica de el gigante asiático en el mundo.
De acuerdo con el análisis realizado por Marcus Stanley para Responsible Statecraft, el pasado lunes la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley “HR 1157”, para financiar a los medios de comunicación y Organizaciones No Gubernamentales, para detener la “maligna influencia de China”.
Ante su decadencia hegemónica y la pérdida de la batalla de las ideas, el congreso estadounidense autorizó que el millonario recurso sea utilizado por el Departamento de Estado y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Intencionalidad (USAID por sus siglas en inglés).
Otro problema planteado por la legislación propuesta es la posibilidad de que la propaganda antichina financiada por este programa regrese al espacio de los medios de comunicación estadounidenses e influya en las audiencias estadounidenses, sin que se revele su fuente inicial de financiación.
Indica Marcus Stanley.
En ese sentido, Marcus Stanley señaló que el gobierno de Estados Unidos pretende resaltar el “impacto negativo de la inversión económica y de infraestructura china en un país estranjero”.
Además, de que los medios y la “sociedad civil” tendrían una facilidad de acceso a los recursos estadounidense, así como no tendrían la necesidad de transparentar la utilización de los mismos.
Asimismo, el especialista sostuvo que China se estaría enfrentando a una campaña combinada, así como a una intensa agitación laboral para contrarrestar la presencia del gigante asiático en diversos países extranjeros, en donde ha mostrado intereses para invertir.
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