A raíz del histórico triunfo de la Presidenta de la República Claudia Sheinbaum, con casi 36 millones de votos, se estableció un nuevo paradigma en la vida política de nuestro país, un parteaguas en la forma de ver y hacer gobierno. Sobre todo, en el sentido del poder político como herramienta de dominación y poder que ejerció la derecha en nuestro país por más de 80 años, con gobiernos marcados por el predominio de hombres empoderados que no consideraban el respeto a los derechos de las mujeres y que logró su cambio en 2018 con el Presidente Andrés Manuel López Obrador. La llegada de la izquierda al poder de manera abrumadora y mediante el empuje de los movimientos sociales que se aglutinaron en torno al movimiento obradorista, permitió las condiciones suficientes para que los movimientos sociales encabezados por mujeres, además de los procesos jurídicos, que son el resultado de años de luchas históricas por la defensa y reconocimiento de sus derechos, como la paridad de género en encargos importantes de gobierno y las acciones afirmativas para los procesos electivos; permitieron a las mujeres tener un mayor auge en la representación y la defensa de sus derechos. Ya desde el 2006 se forjaban diversos ordenamientos jurídicos que reconocían la necesidad de la igualdad entre hombres y mujeres en los encargos políticos. Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (2006), la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre Sin Violencia (2007) y la Ley para Prevenir la Trata de Personas (2007).
En nuestro país, a pesar del reconocimiento de los derechos humanos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos desde 2011 y los Tratados Internacionales en contra de la violencia hacía las mujeres, como son La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y La convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belém do Para). La violencia machista continua.
Hoy en día también existen dentro del marco normativo leyes para eliminar y erradicar la violencia hacia las mujeres como son la ley Malena y la ley Olimpia.
A lo largo de la historia las mujeres han sufrido diversos tipos de violencia como son:
- Violencia física: Incluye cualquier acto que cause daño físico a la mujer, como golpes, empujones, o cualquier forma de agresión física.
- Violencia psicológica: Se refiere a acciones que causan daño emocional o mental, como insultos, amenazas, humillaciones, y manipulación.
- Violencia sexual: Involucra cualquier acto sexual no consentido, incluyendo violación, abuso sexual, y acoso sexual.
- Violencia económica: Consiste en controlar o limitar los recursos económicos de la mujer, impidiéndole acceder a su propio dinero o bienes.
- Violencia patrimonial: Se refiere a la destrucción o retención de bienes y propiedades de la mujer.
- Violencia simbólica: Incluye la reproducción de estereotipos y roles de género que perpetúan la desigualdad y la discriminación.
- Violencia institucional: Ocurre cuando las instituciones públicas o privadas no garantizan los derechos de las mujeres o actúan de manera discriminatoria.
- Violencia digital: Involucra el uso de tecnologías de la información y comunicación para acosar, amenazar, o difamar a las mujeres.
- Violencia Obstétrica: Se refiere a cualquier conducta que afecte el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres por parte del personal de salud durante el embarazo, parto y posparto. (inmujeres.gob.mx) Esto puede incluir:
- Intervenciones médicas innecesarias: Como cesáreas sin justificación médica.
- Negación de atención: No proporcionar la atención médica adecuada oportuna.
- Trato deshumanizado: Comentarios ofensivos, humillaciones o falta de respeto hacia la mujer.
- Falta de consentimiento informado: Realizar procedimientos sin el consentimiento de la mujer o sin explicarle adecuadamente los riesgos y beneficios.
- Violencia política en razón de género: Este tipo de violencia incluye todas aquellas acciones u omisiones que se dirigen a una mujer por ser mujer, con el objetivo o resultado de menoscabar o anular sus derechos político-electorales. Algunos ejemplos son:
- Acoso y amenazas: Intimidación o amenazas dirigidas a mujeres que participan en la política.
- Desprestigio y difamación: Campañas de desprestigio basadas en estereotipos de género.
- Obstaculización del ejercicio del cargo: Impedir o dificultar el desempeño de sus funciones políticas.
- Violencia física o sexual: Agresiones físicas o sexuales dirigidas a
La violencia política en razón de género busca limitar la participación de las mujeres en la vida pública y política, perpetuando la desigualdad de género (igualdad.ine.mx).
Hoy con la Presidenta Claudia Sheinbaum a la cabeza y bajo el lema #EsTiempoDeMujeres, las mujeres mexicanas tienen por primera vez en la historia la oportunidad de combatir los estereotipos y los diversos tipos de violencia machista que se ejerce no solo de manera individual sino en colectivo, el empoderamiento de las mujeres es un hecho contundente que permitirá dar pasos agigantados contra la violencia en todos sus niveles.
La derecha machista, ha encontrado su modo de ataque y denostación contra las mujeres de la 4ta transformación contra la Presidenta de la República, las Secretarias de Gobierno, Senadoras, Diputadas y demás protagonistas de la historia política de nuestro país. Pero no es exclusivo de la derecha política, sino que también dicha violencia en todas formas y niveles se replica en las esferas de poder de la izquierda e incluso en gobierno.
De modo tal que las mujeres mexicanas, hoy en día tienen la oportunidad histórica de ejercer su poder político en beneficio de todas, consolidar políticas públicas de sororidad y paz que permitan el reconocimiento de los derechos de todas las mujeres, su defensa y su prioridad. La violencia contra la mujer existe tanto en lo político, lo gubernamental, lo público y lo privado desde las esferas más altas en lo económico, hasta los extractos más pobres de la sociedad.
Es tiempo de mujeres y este esfuerzo para combatir la violencia, la misoginia y la discriminación no parte de una obligación y responsabilidad intrínseca únicamente de las mujeres, sino de la responsabilidad colectiva de una sociedad que ha decidido dar un giro de 360° a la forma de gobernar nuestro país.
Los colectivos estudiantiles, organizaciones de trabajo, movimientos sociales, círculos de estudio, integrantes de partidos políticos, de asociaciones de madres de familia y demás organizaciones feministas de defensas y pro derechos de las mujeres tienen la enorme tarea de coincidir para construir una gran agenda de mujeres en lo político, social, cultural y legislativo que les permita aprovechar la coyuntura política e impulsar el feminismo para disminuir en gran medida la violencia hacia las mujeres.
La misoginia, el clasismo y la violencia con la que hoy se expresan los hombres y mujeres del conservadurismo no es actual sino de cientos de años, hoy la violencia contra la primera mujer Presidenta de México, así como contra la compañera Andrea Chávez, solo deja en claro de que nivel es la calaña de quienes buscaban dominar a nuestro país y la forma en que se expresan y justifican contra las mujeres. Es tiempo de mujeres y aunque aún hay mucho camino por recorrer, las mujeres mexicanas tienen hoy en día las riendas para dirigir el destino de nuestro país.
La revolución de las conciencias feminista está en curso.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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