Al mismo tiempo que escribí la semana pasada sobre el reto geopolítico del gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo que implicaba el regreso de Donald J. Trump a la presidencia estadounidense, Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, informó a la cadena televisiva CNN, sobre el envío de miles de soldados estadounidenses en servicio activo adicionales recibieron órdenes ejecutivas de ir a la frontera sur de los Estados Unidos con México. Más de 2,200 fuerzas en servicio activo en la frontera formaron parte de la Fuerza de Tarea Conjunta Norte, una operación militar del Departamento de Defensa para operaciones antidrogas y antiterroristas, que respaldaran a Aduanas y Protección fronteriza de E.U, realizando principalmente tareas logísticas y burocráticas como: ingreso de datos, detección, monitoreo y mantenimiento de vehículos.
A raíz de estos acontecimientos, la comentocracia le “exigió” a la presidenta Sheinbaum anular la elección al Poder Judicial de la Federación para que Estados Unidos mantenga el acuerdo comercial T-MEC. A lo que la presidenta respondió a esta insignificante reclamación con ironía, “Yo no veo que esté mala la relación, para que se mejore la relación, que se suspenda la elección al Poder Judicial. ¿Y qué tiene que ver las peras con las manzanas? Va haber elección, porque está en la Constitución, porque así lo decidió el pueblo de México, y porque va muy bien, el Comité del Poder Ejecutivo…”
En relación con las intimidaciones de Washington, el economista estadounidense Paul Krugman, ganador del Premio Nobel en 2008 por sus contribuciones a la nueva teoría del comercio y la nueva geografía económica, dio una entrevista para Bloomberg en el que minimizó las afirmaciones del presidente republicano sobre imponer aranceles del 25% a los productos canadienses y mexicanos, asegurando que sería como “arrojar arena a los engranajes del comercio y la fabricación internacionales”. “Son una jugada de ajedrez cuatridimensional para extraer nuevas concesiones de los dos mayores socios comerciales de Estados Unidos” enfatizando la falta de sentido de estas corrosivas políticas comerciales basadas en fobias. A pesar de reconocer las legítimas excepciones en el nombre de la seguridad nacional, Krugman insistió que estas políticas deben aplicarse de manera estratégica y no de forma indiscriminada.
La economía no se entiende sino es a escala mundial. La economía manufacturera de Estados Unidos está profundamente vinculada a Canadá y México. Los aranceles que se buscan imponer, interrumpen las relaciones comerciales construidas durante más de 30 años. Dichas relaciones comerciales son fundamentales para la competitividad de la manufactura estadounidense frente a Japón o Europa. Y destruirlas, no sólo perjudicaría a Canadá o México, sino que dañaría gravemente a los Estados Unidos. Así por ejemplo, México exporta el 70% de su petróleo para aceites y gas para vehículos automotores.
También hay que destacar la importancia de los mexicanos establecidos en E.U. que generan 3.6 billones de dólares en la economía estadounidense, a través de las remesas como un mecanismo fundamental de apoyo y seguro para muchas familias y comunidades en su lugar de origen. El 2023 es a la fecha con los niveles más altos de remesas registradas en México, llegando a 63,313 millones de dólares (USD), según datos del Banco de México (BANXICO).
Se debe mantener la calma y tener la cabeza fría para entender las fortalezas que el país tiene. El Estado mexicano cuenta con suficientes recursos políticos y diplomáticos para el fortalecimiento de instituciones que respondan adecuadamente a la nueva dinámica que tendrá con el gobierno estadounidense tras el nombramiento de Ronald Johnson, ex boina verde con experiencia en inteligencia militar, como embajador de E.U. en México.
Aunque México tiene las manos atadas por el T-MEC para establecer acuerdos comerciales con China, que le permitiría contrarrestar la dependencia con los estadounidenses, el país tiene el potencial para aprovechar las oportunidades que le permitan fortalecer su mercado interno y su capacidad de obtener, gestionar y planificar recursos económicos. Óscar Rojas, profesor de Economía Política por la UNAM destacó que la presentación del Plan México representa una oportunidad para que el país transite del modelo maquilador, a ser un país manufacturero, es decir, que se lleve a cabo una reindustrialización para la apertura de sectores productivos completos que atiendan la demanda de mercado interno y consecuentemente pueda competir con el exterior con tecnología propia.
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