No Kid Hungry, una campaña que busca acabar con el hambre infantil en los Estados Unidos ha revelado los resultados de su más reciente estudio, el cual deja ver abrumadores datos ya que más de la mitad de las familias están enfrentando duros desafíos para poder proporcionar alimentos a sus hijos, esto debido al aumento de los precios de los productos.
El 58 por ciento de las familias con ingresos medios (entre 47 mil y 142 mil dólares anuales) y el 68 por ciento de las familias con ingresos bajos (menos de 47 mil dólares anuales) reportaron que se les ha vuelto más difícil pagar los alimentos que necesitan sus hijos.
El 93% de los padres con ingresos medios y el 87% de los padres con ingresos bajos consideran que el aumento de los precios de los alimentos es la razón principal de su lucha.
Por su parte, la Oficina de estadísticas Laborales de los Estados Unidos, los precios de los alimentos aumentaron un 9.5 por ciento en febrero de 2023 en comparación con el mismo mes del 2022, pero sin lugar a dudas las familias con ingresos bajos han sido las más afectadas.
Datos arrojan que la calidad de vida está mermada
1 de cada 4 familias con ingresos medios reportó en la encuesta que han tenido que saltarse una comida en el último año debido al alza de los precios; mientras que un 95 por ciento de padres con ingresos medios aseguró que por lo menos una vez al mes luchan para pagar los alimentos necesarios para sus hijos.
El 74% informó que, además del costo de los alimentos, el aumento de los costos de otras necesidades, como los servicios públicos, la gasolina, el alquiler y la ropa, contribuyó a la dificultad para comprar suficientes alimentos.
“Las familias en los Estados Unidos están cumpliendo, todos tenemos un vecino, un familiar o un amigo viviendo bajo el estrés constante de poder alimentar a sus hijos“, dijo Diana Hovey, vicepresidenta sénior de asociaciones corporativas de Share Our Strength, la organización detrás de la campaña No Kid Hungry.
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