El comentario en la “rayuela” del pasado lunes publicada en el periódico “La jornada” no pudo ser más atinado: “El PAN es una muestra de que las cosas siempre pueden empeorar” ¡Y vaya que sí! Pues a partir de que formalmente rinda protesta su nueva dirigencia, irán empeorando las cosas tanto en la vida institucional de ese partido como su pérdida de legitimidad frente al electorado. Probablemente las razones para aseverar que la decadencia panista se irá consolidando salgan sobrando. ya muchos análisis se han hecho al respecto acerca de cómo fue perdiendo incidencia ese partido en el acontecer político, así que sería redundar sobre las causas, pero lo cierto es que la camarilla que hoy estará al frente ni cambiará la tendencia al desencanto, ni mucho menos posee la solvencia moral para establecer una nueva ruta que, cuando menos, recomponga la relación quebrantada con su propia militancia.
Es cierto que su proceso interno no fue más un trámite para que el multi desprestigiado Jorge Romero alcanzara la principal posición partidista pues los grupos de poder están más que definidos y jamás aceptarían un proceso de renovación, pero también es cierto que, al igual como le sucedió al PRD, puede un grupo hacerse dueño de las siglas (y de las prerrogativas) pero de eso a reposicionarse como fuerza política capaz de hacer frente a MORENA está más que en chino. A esto vayámosle sumando el primer problema que enfrenta Jorge Romero y que no es otra cosa más que la aplastante presencia de Claudia Sheinbaum quien tiene perfectamente identificados los nexos de este señor con el cártel inmobiliario. Tan es así que la propia presidenta de la república señala sin miramientos. que es él, Jorge Romero, el jefe principal de dicho cártel y para nada se equivoca, pues las investigaciones han arrojado la manera en que este panista de oscuro pasado y presente, ha tejido su amplia red de complicidades para beneficiarse política y económicamente, siempre llevando una de la mano de la otra.
La cuestión es que, los genuinos militantes que le sobreviven al PAN, hoy pueden asegurar que estaban mejor, cuando estaban peor porque un presidente elegido en esas condiciones y en el contexto político actual, ¿qué posibilidad tendría de re orientar el rumbo de su partido cuando carga con la mancha de la corrupción y cuando carece de ideas para construir una oposición con suficiente solvencia ideológica? Claro está que ninguna, y, si a eso le agregan la soberbia con la que expresa que solo una vez tenderá la mano al gobierno para generar el diálogo pues mucho menos. Perdón la ironía pero… ¡Qué gentil resultó el señor Romero! Como era de esperarse, la mano quedó en el aire; ni modo que la Dra. Claudia Sheinbaum se siente con delincuentes.
Así las cosas en el PAN y en el PRI ni se digan, cortados por la misma tijera y compartiendo el mismo dolor parece que se abre la posibilidad para que emerja una nueva fuerza política que comprenda la realidad que se vive y se ajuste más a los intereses de las mayorías. Digamos que el tiempo de las viejas estructuras burocratizadas de los partidos llegó a su fin. Quizá en esta reflexión también debiera haber un llamado de atención para MORENA, parece un buen comienzo de los nuevos dirigentes el realizar giras en los estados, aunque tengan que aguantar las rechiflas bien ganadas contra las representaciones estatales, pero después de un proceso tan complicado en el que se aceptó todo tipo de candidatas y candidatos (incluídos los de “dudosa procedencia”) pues ni modo de esperar a que todo fuera miel sobre hojuelas.
Hay muchas cosas que recomponer en MORENA para no caer en el espejismo ese de que todo está a toda madre porque se ganó la presidencia y se tiene la mayoría en las cámaras porque ahí radica el pecado de las dirigencias estatales, creer que todo está bien y va por el camino correcto no es otra cosa que tapar el sol con un dedo. No debería haber espacio para la confusión y menos al conformismo, la autocrítica debiera hacerse presente para identificar en qué estados es hora de poner orden y abandonar esa tendencia inexplicable de circunscribir las tareas del partido al ejercicio de gobierno.
Ese es el caso de la Ciudad de México donde el presidente se le fue más la gestión en la complacencia tribal y en la promoción de los logros de gobierno que en la emancipación del movimiento. Por cierto, movimiento que el recién nombrado subsecretario de turismo, pareciera no comprender del todo pues no hay alcaldía en la que no se reclame la soberbia con la que se conduce hacia los compañeros. Sebastián Ramírez es avivado, talentos le sobran como servidor público, solo que a un movimiento partidista que alcanzó el cenit tras décadas de lucha democrática lo primero que requiere es de humildad.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios