Ante la falta de argumentos, proyectos, planes y programas de la oposición, en complicidad con los medios buscan cualquier gesto, señal, además que pueda interpretarse como el inicio de una división en Morena.
La guerra de especulaciones sólo descubre lo dividida que es está la oposición y lo fragmentada la disidencia popular son líder ni partido. Situación responsabilidad de una serie de partidos políticos que se oponen a algo sin saber cómo ni por qué. A diferencia de una población que tiene, con razón o sin ella, motivo para no votar por Morena y están en todo su derecho.
Las dificultades fueron elaboradas con cierta estrategia pero con mucha ingenuidad y falta de conocimiento al interior de lo que ahora es un gobierno federal, que, ha cambiado mucho, para bien o para mal, ha cambiado radicalmente.
Una de las más sonadas interpretaciones de gestos de división fue aquel abrazo que los medios dibujaron como enemistad entre Claudia Sheinbaum y Clara Brugada. Corrieron ríos de tinta innecesariamente.
Entre otras la de una ruptura entre la Presidenta y el ex presidente. Antes decían que eran uno mismo, que dictaba desde Palenque las órdenes y otros aseguraban que nunca se había visto salir de Palacio Nacional a López Obrador, que seguía agazapado ordenando y decidiendo el destino de México. Pero al ver que no les funcionaba esta fantasía, optaron por difundir un choque de trenes.
Así, a la hora de decidir sobre la conducción de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se dijo que la reelección de Rosario Piedra, era orden, sugerencia o petición del ex presidente y que la presidenta tenía a su candidata, Nashieli Ramírez Hernández. Ni ruptura ni división, simple votación de un movimiento que está unido.
El nado sincronizado de algunos columnistas que aseguran tener fuentes en palacio nacional inician el rumor, que otros por consigna o pago mensual continúan.
Luego vino el rumor de que alguien del gobierno federal avisó al líder de la banda que atentó contra Omar Harfuch a finales de junio de 2020, que iban por él. Y la detención –que sería un logro, casi una medalla para el secretario de seguridad–, se frustró. Todo porque señalan que es el favorito de Claudia Sheinbaum para sucederla en 2030, faltan cinco años y muchos cambios, y los “fieles” al ex presidente filtraron la información para que no contara con ese logro.
El desconocimiento de cómo se realizan las estrategias de seguridad no se realizan como antes. Estamos de acuerdo que todavía hay muchos funcionarios de anteriores gobiernos incrustados en la administración pública, sobre todo en seguridad, pero esto no implica que las cosas sigan igual, ni que pueda haber filtraciones como las había entre quienes vendían información del PAN y del PRI para evitar detenciones, lo cual era muy común.
Otras muchas anécdotas que en gobiernos anteriores sucedían, pero, ante la censura imperante no trascendía y cuando se filtraba, lo minimizaban pero nunca los medios hablaban de división, ruptura, escisión irreversible, choque de trenes o formación de nuevos partidos a causa de las diferencias que todo gobierno tienen en su interior, en todo el mundo.
Ante esas diferencias los partidos de oposición en extinción exigen auditorías, supervisiones, reportes, investigaciones y hasta intervención policiaca.
Ni hay escisión ni unidad incondicional. Hay razones y acciones que conjugadas empujan un gobierno que, a diferencia de los partidos tradicionales, surge de un movimiento social con objetivos y éstos, cuentan con el apoyo de la población que, por fin, se siente incluida en la toma de decisiones, trabaja en favor del país.
La oposición tiene en la posibilidad de escisión de Morena o del gobierno la única esperanza de fortalecerse.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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