El personal de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) recibió instrucciones de no presentarse en la sede central este lunes 3 de febrero, según un aviso interno dirigido a los empleados. La medida se produce después de que el multimillonario Elon Musk anunciara que el presidente Donald Trump había acordado con él el cierre definitivo de la agencia.
La incertidumbre entre los trabajadores se intensificó cuando al menos 600 empleados reportaron haber sido expulsados del sistema informático de USAID durante la noche. Aquellos que aún mantenían acceso recibieron un correo electrónico informándoles que, “por orden del liderazgo de la agencia”, la sede permanecería cerrada indefinidamente.
Musk califica a USAID como una “bola de gusanos”
Durante la madrugada del lunes, Musk afirmó en redes sociales que había discutido con Trump sobre la agencia, creada hace más de seis décadas, y que el presidente aceptó su propuesta de clausurarla.
“Se hizo evidente que no es una manzana con un gusano dentro. Lo que tenemos es simplemente una bola de gusanos. Hay que deshacerse de todo. No tiene remedio”, afirmó Musk.
El empresario, quien lidera una auditoría civil del gobierno federal, ha sido crítico con USAID, señalando presuntas ineficiencias y una supuesta inclinación hacia causas progresistas. Su postura ha sido respaldada por Trump y algunos legisladores republicanos, quienes han cuestionado el papel de la agencia en programas de seguridad y desarrollo en más de 120 países.
Sanciones y acceso a información sensible
El impacto de la decisión también se sintió en la estructura de seguridad de USAID. Durante el fin de semana, el gobierno suspendió a dos altos jefes de seguridad por negarse a entregar información clasificada a los equipos de inspección de Musk.
Mientras tanto, miembros del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Musk (DOGE) han realizado inspecciones similares en otras entidades, como el Departamento del Tesoro. Según The Washington Post, en una de estas intervenciones, los agentes de DOGE accedieron a datos sensibles, incluyendo los sistemas de pago de Seguridad Social y Medicare. Esta acción llevó a la renuncia de un alto funcionario del Tesoro.
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