El 16 de septiembre se conmemora el 212 aniversario del grito de la independencia que diera pie al surgimiento de nuestra nación. Durante el hecho histórico que originó el movimiento independentista, el cura Hidalgo, que representaba al pueblo humilde de la entonces colonia española, a la postre sería hecho preso por su pensamiento subversivo, excomulgado y asesinado; siendo además humillado al ser exhibida su cabeza en la plaza principal de Guanajuato, durante un periodo de 10 años.
La gesta, por demás heroica, se llena de relevancia en nuestros días cuando está por cumplirse una semana del fallecimiento, en otros confines geográficos, de la reina de Inglaterra, quien sustentó dicho cargo por más de 70 años.
Es increíble que, a más de 2 siglos de iniciado y concluido dicho movimiento que diera origen a nuestro México, en estos días permanezca un pensamiento colonialista, que empuja a quien lo posee a anhelar pertenecer a una institución tan carente de sentido en la actualidad, como un reinado; con personas que aún hoy se piensan tocados y ordenados por Dios, para cumplir con su mandato, mientras otros más, les hacen honores como si aquello fuera cierto. Lo más inverosímil es pensar que esta idea de pertenencia, traspase fronteras hasta nuestro territorio y exista personas que añoran ser súbditos de una monarquía como la inglesa y lloran el deceso de un personaje histórico tan polémico (por decir lo menos), como la extinta Isabel II y a su vez, se regocijan con el nombramiento al trono de su sucesor y no menos polémico hijo, el ahora Rey Carlos III.
Con una historia tan rica y basta como la mexicana, de lucha por las garantías individuales y cargada de afrentas con el fin de tomar control de nuestros recursos, surge la pregunta sobre por qué una persona (o un grupo de ellas), buscarían volver al castigo de llamarse “súbditos” en pleno siglo XXI, ¿quién pretende hacernos creer que es mejor vivir arrodillado ante un monarca que nada ha ganado y nada le ha costado, que vivir con la frente en alto para salir adelante? No debemos olvidar que la monarquía inglesa tiene un pasado oscuro, marcado por el saqueo hacia los países africanos y el esclavismo de su gente.
Si algo nos ha enseñado la historia es que, quien no aprende de sus errores está condenado a repetirlos y los que ahora buscan formar parte de un reinado extranjero o extrapolarlo hacia nuestras fronteras, son los mismos que se sintieron cómodos replicando dichos actos de vejación y represión contra su propio pueblo, los que han vivido como reyes sin serlo, a expensas de la marginación de personas a las que condenaron a vivir en la miseria. Los antipatriotas.
Ea pues, festejemos la independencia nosotros, los mexicanos de a pie, los que no olvidamos nuestras raíces, los que sabemos el costo de luchar por un trabajo que hasta hace poco era a todas luces mal remunerado y representaba la esclavitud moderna; los que como el cura Hidalgo hace más de 200 años, nos cansamos de ser víctimas bajo el yugo de unos cuantos, para comenzar a dirigir nuestro destino. A los otros, a los que se pensaron reyes y se descubrieron súbditos, feliz nuevo reinado.
Nosotros gritaremos independencia y que siempre viva México.
- Twitter: @Pablo_OcampoEsc
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