El Tribunal Electoral resolvió recientemente validar la elección presidencial, rechazando todas las impugnaciones presentadas por la oposición y confirmando la victoria de Claudia Sheinbaum. La oposición había presentado varios alegatos, pero ninguno logró convencer a los magistrados, quienes consideraron que las acusaciones carecían de pruebas sólidas y no hubieran alterado el resultado final de los comicios.
El fallo, respaldado por un pleno de seis magistraturas, confirmó los cómputos distritales que otorgaron la victoria a Sheinbaum, candidata de la coalición Morena-PVEM-PT, con una ventaja significativa de casi 20 millones de votos sobre su principal oponente, Xóchitl Gálvez. Esta decisión cierra cualquier posibilidad de que se anulen votos en favor de la ganadora.
Durante el debate, surgieron diferencias de opinión entre los magistrados. Mónica Soto, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes argumentaron que las denuncias del PRD, que señalaban la presencia de personas no autorizadas recibiendo votos, carecían de especificidad. En contraste, Janine Otálora y Reyes Rodríguez Mondragón consideraron que se podía investigar a los funcionarios señalados si se identificaban las casillas implicadas.
Felipe Fuentes Barrera enfatizó la importancia de ser meticulosos al considerar la nulidad de una votación, subrayando que invalidar votos significa ignorar la voluntad de los electores. Añadió que la carga de la prueba recae sobre quien impugna y que el PRD no presentó evidencias suficientes para justificar la anulación de los votos.
Con esta resolución, el Tribunal Electoral reafirma la legitimidad del proceso electoral y ratifica a Claudia Sheinbaum como la ganadora indiscutible de la elección presidencial, cerrando así un capítulo importante en la vida política del país.
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