México se está sacudiendo, y no porque sea septiembre (mes de terremotos), sino porque estamos a un paso de democratizar a uno de los 3 Poderes de la Unión, y a menos de que seas apolítico seguramente te has preguntado ¿Por qué estar a favor de la Reforma al Poder Judicial? O ¿Por qué en contra?
En los recientes días las calles y las plazas de diversos municipios y de la capital de México han presenciado manifestaciones a favor y en contra de este cambio constitucional. Los jóvenes, como en ningún otro sexenio, han salido a expresar su sentir, arrastrando consigo interrogantes. Desde este artículo me gustaría abarcar la reforma desde las siguientes preguntas: ¿Qué problemas resuelve la Reforma Judicial?, ¿Qué significa democratizar al Poder Judicial?, ¿Qué partes trastoca del sistema de justicia?, ¿Por qué no al intervencionismo estadounidense y económico? Y ¿Qué papel juega el mandato popular?
El actual Poder Judicial representa, me atrevería a decir, la red de nepotismo más grande del país, de acuerdo con estudios publicados por el propio Consejo de la Judicatura Federal (CJF), señaló que, dentro de esta misma institución (uno de los núcleos del Poder Judicial), el 49 por ciento de los trabajadores tiene al menos un familiar laborando, dentro de estas, la red familiar de mayor tamaño que trabaja ahí es de ¡65 personas!
Por otro lado, existe una deuda con la justicia social, en el sentido de que se viola el artículo 127 constitucional, fracción II que establece que “ningún servidor público podrá recibir remuneración por el desempeño de su función, mayor a la establecida por el presidente de la República”. Mientras el salario neto del Presidente López Obrador, es de 129, 087 pesos mexicanos (de acuerdo con los datos recientes de la Plataforma Nacional de Transparencia), las y los 11 ministros perciben un salario neto de 206, 948 pesos, a los que se les suman: aguinaldo, prima vacacional, pago por riesgo de trabajo y seguro de gastos médicos mayores, además de otras compensaciones. Que juntos; es decir, sueldo y prestaciones, alcanza un monto de casi 800 mil pesos mensuales de acuerdo a lo expuesto desde Presidencia. Esto sin mencionar los fideicomisos del Poder Judicial, los cuales son usados para cuestiones como el Mantenimiento de casa habitación de magistrados y jueces entre otros asuntos.
Los anteriores puntos son temas a los que la reforma ofrece una solución, toda vez que como hemos visto, este Poder está bañado de una red de nepotismo y lujosos privilegios lo cual obstruye su labor y abre una enorme puerta a la corrupción y opacidad que acoge una justicia elitista, racista y machista que sobre pone los intereses extranjeros y económicos sobre el interés y beneficio públicos. En este sentido, la democratización de este Poder lejos de crear una subordinación al Ejecutivo entabla un vinculo con la ciudadanía. Aprovecho para desmentir uno que otro mito sobre la elección de ministras, ministros, magistradas, magistrados, juezas y jueces: No cualquiera podrá ser candidato para estos cargos, primero se necesita cumplir con el principio de idoneidad jurídica, y posteriormente pasar por un mecanismo riguroso. Los 3 Poderes de la Unión estarán involucrados para proponer los perfiles por los que votará la ciudadanía, por lo que no será imposición de un solo poder. Al hacer un análisis, esta vía, debilita al sistema presidencial de nuestro país.
Esta democratización implica una mayor politización de la gente, pues como ciudadanos debemos participar activamente en la cosa pública, ya lo decía Kant, hay que dejar el estado de niñez y ser ciudadanos.
Claro está, que la oposición se sustenta en el clasismo y desinformación para desacreditar esta demanda popular. Los lideres de la derecha se aferran a defender sus causas, que son los intereses de grupos creados o pregúntenselo al Senador Ricardo Anaya, tan cercano a los intereses extranjeros y tan alejado del pueblo. Las y los ministros, magistrados y jueces, no se quedan a tras, durante años han defendido intereses ajenos al pueblo de México, y recientemente lo volvieron a mostrar votando en contra de la LIE.
En fin, estos no son todos los puntos que la Reforma abarca. Después de la lectura de este texto si me preguntas ¿Está Reforma cambia la justicia en México? Te respondería: si le preguntas a una nutrióloga “¿Qué alimento o comida me puede dar mayor energía?” Seguramente te diría que “ninguno”, pues para lograr lo que deseas se necesitan una serie de procesos como: dormir mejor, tomar agua etc. Lo mismo ocurre en este caso, la Reforma no soluciona el sistema de justicia, pero es un precedente que ataca al tema del nepotismo, privilegios, corrupción de la cúpula, y al Poder Judicial le da otro sentido apegado al humanismo mexicano. De igual manera abre el paso para una Reforma Integral en materia de Justicia.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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