Después de que el Instituto Nacional Electoral (INE) confirmara que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no alcanzó la votación necesaria a nivel federal para mantener su registro, este instituto político comenzó a desalojar sus oficinas y a liquidar a su personal, informó La Razón.
Según el rotativo, altos miembros del “Sol Azteca” en la sede nacional ubicada en Benjamín Franklin, colonia Escandón, alcaldía Miguel Hidalgo, admitieron que la batalla legal es “una batalla perdida”. Reconocen que es muy difícil lograr el tres por ciento de la votación nacional necesario para conservar el registro, como lo marca la ley.
Desalojo y proceso legal
Los líderes perredistas son conscientes de que la queja escalará al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), pero admiten que es un mero trámite, ya que esa autoridad ratificará la pérdida del registro al repartir los lugares plurinominales. Los dirigentes del PRD, que pidieron el anonimato por estar en un proceso legal, han manifestado que aunque impugnarán los 300 distritos con un juicio electoral, reconocen que el resultado fue negativo.
“Está muy difícil, tenemos claro que así va a ser, pero vamos a impugnar los 300 distritos mediante un juicio electoral, que es el primer paso para ir a la Sala Superior y a la regional e ir escalando”, declararon según el medio noticioso.
La Razón también informó que las fuentes indicaron que presentarán un juicio por cada una de las tres elecciones federales: presidencial, a la Cámara de Diputados y al Senado de la República en cada uno de los 300 distritos. El objetivo es buscar la nulidad de algunas casillas debido a la violencia.
Según la Ley General de Partidos Políticos, en su artículo 94, una de las causas para perder el registro a nivel federal es “No obtener por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida en alguna de las elecciones federales ordinarias para Diputados, Senadores o Presidente”, lo cual le sucede al PRD.
Con esta acción, el PRD enfrenta una nueva etapa en su historia política, lidiando con los resultados electorales adversos y los procedimientos legales correspondientes.
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