Mauricio Kuri, gobernador panista de Querétaro tiene todo el derecho a decir que no voten por Morena, como alguien de Morena tiene el derecho a pedir que no voten por el PAN, pero con la diferencia que no es necesario que el partido en el poder pida algo que ya está haciendo.
La gente ya no vota por el PAN, cuyas simpatías populares van en declive y nadie las detiene. Al mismo tiempo, la militancia panista no ha crecido sino todo lo contrario. Un anuncio como el que hace el gobernador de Querétaro es un llamado de auxilio. Es el grito de alguien que ve que su barco naufraga.
Sabemos que cuando se acabe de hundir la trajinera del PAN, uno de los primeros que va a tocar las puertas de Morena será Mauricio Kuri. Tiene amigos en Morena y si todavía milita en el partido en el poder Ricardo Monreal seguramente le dará la bienvenida como a todo náufrago que viene de otro partido.
El hecho de que Mauricio Kuri haya sido beneficiado por el gobierno de Morena, es algo casual, que no le impide defender su partido hasta el momento que considere necesario, lo que sí es urgente es advertir de la creciente falta de contenidos de un discurso panista que, para llenar huecos, tenga, en esa petición, una manera de darle solidez a sus palabras.
La oposición en general y el PAN, en particular, no se ha caracterizado por tener oradores y menos aún discursos memorables. Sus declaraciones más sentidas en realidad se colocan del lado de la comedia, como aquel discurso de Santiago Creel dirigido a Andrés Manuel López Obrador en el que le aseguraba que si tocaba a un panista los tocaba a todos, a punto del llanto o del vómito.
Los panistas mauricios Kuri y Vila son los más cercanos a Morena, uno en funciones, el otro ex gobernador de Yucatán. Nunca protagonizaron enfrentamientos con Morena por más que pudieran esperar sus líderes un choque.
Querétaro es, junto con Nuevo León, serán derrotadas por arrebatadas a la derecha para integrase en 2027 a la mancha guinda que crece en el país.
Acción Nacional tiene en sus militantes y líderes a sus peores enemigos, y la gente lo percibe como un partido que va de salida, no sólo por la falta de votos o de militantes sino por su manera de gobernar que pertenece, no al siglo pasado sino al antepasado.
Su defensa a la vida, una de sus consignas clásicas, no se modernizó y sigue atorado en la lucha por prohibir el aborto, tanto que ya la naturaleza humana fue transformada por ellos, quines aseguran que los niños en México nacen a los 10 meses de embarazo.
Con un líder corrupto que debería estar en la cárcel y senadores que están más cerca del delito que de la democracia, el PAN no puede hacer mucho por sí mismo y quiere tener contrincantes, lo cual, en su actual posición, es todo un lujo que no puede darse.
Hay varios panistas presos, algunos investigados, otros huyendo de la justicia y otros más amparados en el fuero para evitar la cárcel.
El PAN exige una refundación, que dejaría a muchos fuera del partido, si tomamos en cuenta que apenas y cubre su cuota mínima de militantes, lo que podría ser una refundación se convierte en una desaparición, porque se quedaría sin registro.
El PAN está entrampado, lo único que le queda es gritar contra el contrincante para que no crezca más ya que en lugar de avanzar en las elecciones retrocede.

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