Estudios recientes y evaluaciones elaborados por la propia Secretaria de Energía del Gobierno de México que fueron encargados por el titular del Ejecutivo Federal, demostraron de manera transparente que lo tantas veces pregonado por los gobiernos anteriores, defensores de intereses empresariales, relativo a un supuesto ahorro de energía eléctrica por el hecho de establecer un horario de verano para casi el cien por ciento del territorio nacional era una falacia, y más bien un pretexto que acomodaba intereses económicos empresariales a discreción para que ellos si, los empresarios, ahorraran cantidades significativas al contar con una mayor cantidad de luz solar en las jornadas laborales.
Lo anterior no era así para el común de la población, puesto que al tener un horario adelantado, era evidente que las personas tienen que levantarse sin luz natural. El grueso de la población incluyendo a los menores que se encuentran en edad escolar y cuyas horas de entrada a sus escuelas o colegios se dan entre las 7:00 y las 8:00 horas, tienen inevitablemente que levantarse aún siendo de noche. Es decir, la mayoría de la población debía usar la energía eléctrica que supuestamente ahorra en horarios de madrugada.
Por lo tanto, el cacareado ahorro no era tal, más que para un determinado sector de la población que siempre era el beneficiario de los grandes sacrificios que implementaban los gobiernos.
Así como el FOBAPROA o la socialización de deuda pública en privada, el cambio de horario era para beneficiar minorías y dejar afectados a los que siempre se les carga la mano, es decir, los más pobres.
Los que de madrugada deben tomar un sendero oscuro o un transporte colectivo y los mismos que por usar más electricidad matinal debían pagar cuotas más altas de energía eléctrica.
El horario de verano era eminentemente un horario neoliberal que afectó la salud y alteró los ciclos de sueño del mexicano promedio, generando muchas otras consecuencias negativas para el organismo de las personas.
De la fecha que inició la implementación de ese horario de verano y hasta la fecha son muchas las generaciones que no les tocó experimentar el horario tradicional lo cual causa que exista un sector importante que aún se aferra a mantenerlo, sin embargo está probado los daños de seguir manteniéndolo.
El dictamen para su eliminación ya pasó la primera aduana, seguirá la aprobación en el pleno de la cámara de los diputados en la semana que transcurre. Esperemos deshacernos de esa reminiscencia neoliberal.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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